Kárpov reanuda su ascensión hacia el campeón, Kaspárov

El ruso Anatoli Kárpov, de 40 años, subcampeón del mundo de ajedrez, intentará demostrar desde el sábado en Linares que el lastre de la edad puede ser equilibrado con la experiencia y un formidable espíritu de lucha. Su rival en las semifinales del Torneo de Candidatos al título de Gari Kaspárov, ruso, será el británico Nigel Short, de 26 años, cuarto del mundo. La otra eliminatoria, también al mejor de 12 partidas, enfrentará al estilo ortodoxo de un ruso, Artur Yusúpov, contra la imprevisible genialidad de un occidental, el holandés Jan Timman.Liberado de las pesadas cargas políticas inheren...

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El ruso Anatoli Kárpov, de 40 años, subcampeón del mundo de ajedrez, intentará demostrar desde el sábado en Linares que el lastre de la edad puede ser equilibrado con la experiencia y un formidable espíritu de lucha. Su rival en las semifinales del Torneo de Candidatos al título de Gari Kaspárov, ruso, será el británico Nigel Short, de 26 años, cuarto del mundo. La otra eliminatoria, también al mejor de 12 partidas, enfrentará al estilo ortodoxo de un ruso, Artur Yusúpov, contra la imprevisible genialidad de un occidental, el holandés Jan Timman.Liberado de las pesadas cargas políticas inherentes a su condición de héroe nacional de la URSS -era diputado del Parlamento y presidente del Fondo Soviético para la Paz-, Kárpov disfruta ahora de una existencia placentera y de los altos ingresos en dólares que le proporcionan sus frecuentes exhibiciones de partidas simultáneas. Pero aún tiene una asignatura pendiente: destronar a Kaspárov.

Para tener una sexta oportunidad el ex campeón deberá derrotar al prototipo del "milagro del ajedrez inglés" que se produjo en 1975 cuando el mecenas Jim Slater ofreció un millón de pesetas al primer compatriota que lograra el título de Gran Maestro.

La carrera de Yusúpov, de 32 años, por su parte, está marcada por dos infortunios: la coexistencia con dos de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos y los dos balazos en el estómago que sufrió en 1990 cuando unos ladrones asaltaron su casa de Moscú. Tras asumir el primero y recuperarse del segundo, este tártaro que ahora vive en Alemania intentará superar a base de tesón y extrema frialdad a Timman, "la eterna esperanza occidental", de 40 años, que prefirió siempre la buena vida al sacrificio de la alta competición.

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