El Barcelona da una lección de fútbol en Oviedo

El Barcelona pasó el trago de Oviedo con sobresaliente. Los malos resultados ante el equipo asturiano -sumaba cinco partidos seguidos sin perder frente a los azulgranas- ya son historia. Sobre el campo, el equipo de Cruyff no dejó ninguna duda de que llega en un momento de espléndida madurez a uno de los tramos más interesantes de la temporada.El equipo azulgrana empezó vestido de etiqueta y durante un cuarto de hora dirigió el baile magistralmente. Nunca antes este Oviedo, que si de algo presume es de firmeza defensiva, se vio tantas veces y tan fácilmente desbordado.

Pasada la tempest...

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El Barcelona pasó el trago de Oviedo con sobresaliente. Los malos resultados ante el equipo asturiano -sumaba cinco partidos seguidos sin perder frente a los azulgranas- ya son historia. Sobre el campo, el equipo de Cruyff no dejó ninguna duda de que llega en un momento de espléndida madurez a uno de los tramos más interesantes de la temporada.El equipo azulgrana empezó vestido de etiqueta y durante un cuarto de hora dirigió el baile magistralmente. Nunca antes este Oviedo, que si de algo presume es de firmeza defensiva, se vio tantas veces y tan fácilmente desbordado.

Pasada la tempestad inicial, el Barça se dio cuenta que había que ponerse los manguitos y el traje de faena. El Oviedo no se había roto en los momentos de mayor lucidez azulgrana, así que para ganar había que, cuando menos, trabajar a tope. Y se pusieron a ello.

Tras el descanso, el Barcelona jugó más sereno como a la espera de un error del Oviedo que, ciertamente, no tardó en producirse.

Después, claro, fue más fácil, sobre todo para, Stoichkov, que con metros por delante amagó dos veces, en una tras una carrera de 50 metros, y en otra con un trallazo al poste impresionante que fue acogido con una ovación por el público. Eso antes de dar el pase del definitivo segundo gol tras sentar al mejor del Oviedo, el croata Jerkan, en una gran operación por la banda izquierda.

Lo mejor del Barcelona estuvo, por tanto, en su capacidad para adaptarse al partido y emplear el método más adecuado en cada momento y no hay que olvidarlo, para superar sus antecedentes con el Oviedo, con este equipo que Irureta ha organizado fundamentalmente para no perder. Se ha acabado el síndrome del Oviedo. Anoche dio la impresión de que se termina una época del equipo asturiano.

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