ALBERTVILLE 92

¡Cuarta, no! ¡Cuarta, no! ¡Cuarta, no!"

La familia de Blanca sufrió hasta el final

La zona de meta en Meribel fue un jolgorio español antes y después de la medalla de Blanca. Los hermanos y amigos, un grupo reducido, parecieron un millar con banderas y pancartas. La gran mañana de Blanca estuvo marcada por anécdotas, y aunque finalizó con alegría, pasó por momentos dramáticos. Sin duda, el mayor lo vivió su marido y entrenador, Daniel Fioretto, que no pudo evitar una frase expresiva cuando bajaba la norteamericana Julien Parisien, la única que le podía quitar la medalla de bronce a Blanca: "¡Cuarta, no! ¡Cuarta, no! ¡Cuarta, no!".

"Ha sido muy duro, muy duro", dijo Da...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La zona de meta en Meribel fue un jolgorio español antes y después de la medalla de Blanca. Los hermanos y amigos, un grupo reducido, parecieron un millar con banderas y pancartas. La gran mañana de Blanca estuvo marcada por anécdotas, y aunque finalizó con alegría, pasó por momentos dramáticos. Sin duda, el mayor lo vivió su marido y entrenador, Daniel Fioretto, que no pudo evitar una frase expresiva cuando bajaba la norteamericana Julien Parisien, la única que le podía quitar la medalla de bronce a Blanca: "¡Cuarta, no! ¡Cuarta, no! ¡Cuarta, no!".

"Ha sido muy duro, muy duro", dijo Daniele. "Pienso que ha luchado como de verdad ella sabe, a veces ha cometido algún error, son cosas que pasan, pero he vivido Calgary, he vivido Vail, he vivido Saal bach, tantos momentos, que he dicho !Cuarta, no! Cuarta, no! Cuarta, no! porque sería injusto terminar así. Y pienso que, bueno, no ha sido de oro, pero una medalla es muy importante. Por lo menos para mí es como si fuera de oro, porque ha sido tantos años trabajando y hemos dicho tantas veces que es una carrera como otra que no pasada nada. Pero es otra cosa. Muchas veces hemos que dado segundos o terceros en Copas del Mundo y valía. Pero hoy era especial. Y además era la última. El sacar una medalla es el máximo. Es el día más feliz de mi vida". El día se vivió entre emociones contradictorias. Por la noche, cuando todos habían asumido la importancia de la medalla, todo era alegría. Blanca y Daniele cenaron con Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico, y con los periodistas españoles. Al final de la cena, Samaranch pidió a Blanca y Daniele que le acompañaran a una estancia contigua. Desde allí, les puso en contacto telefónico con el el rey Juan Carlos.

Por la mañana, Paco, el hermano, sufrió la indecible en la línea de llegada. Habló con ella entre las dos mangas. Nada más concluir el primer trayecto señaló: "Ha pasado lo más importante. La primera manga era muy difícil. Y está muy decidida, muy segura, la he visto muy bien. Ha ido a asegurar porque se atrancó dos veces, pero ahora va por el oro, por la gloria".

Quizá por eso, y por su tremendo carácter, el mismo que le llevó a la genlalidad del oro, Paco Fernández Ochoa, que retransmitió la carrera en directo pra Televisión Española, no pudo evitar enfadarse porque su hermana no atacó bastante en la segunda manga y vio que podía perder incluso medalla.

De todas formas, se sumó a la alegría de sus hermanos, que para empezar la fiesta se hicie ron unos enormes bocadillos con un buen número de embu tidos que habían llevado hasta la pista. Era el día de Blanca y de Cercedilla.

Javier Gómez Navarro, secretario de Estado para el Deporte, nada más terminar la prueba, no podía disimular su alegría: "Estoy todavía muy emocionado y muy contento, porque hemos estado muy nerviosos todos. Porque entre sacar medalla y no sacar medalla hay un abismo. Yo creo que Blanca se lo merecía hace muchísimo tiempo y que al fin lo ha conseguido".

Archivado En