Samaranch aboga por la ética en el deporte

JUAN-JOSÉ FERNÁNDEZ ENVIADO ESPECIAL Juan Antonio Samaranch, el presidente del COI, abogó ayer por la ética en el deporte durante la inauguración de los 160 Juegos Olímpicos de Invierno, que fueron abiertos por el jefe del Estado francés, François Mitterrand, en el estadio de mecanotubo de Albertville, de 30.000 plazas, que será desmontado y alquilado después de esta cita. El seleccionador galo de fútbol, Michel Platini, fue el último relevista de la antorcha y la ceremonia general fue espectacular, aunque con 70 millones de francos (1.400 millones de pesetas) menos de los previstos para compe...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

JUAN-JOSÉ FERNÁNDEZ ENVIADO ESPECIAL Juan Antonio Samaranch, el presidente del COI, abogó ayer por la ética en el deporte durante la inauguración de los 160 Juegos Olímpicos de Invierno, que fueron abiertos por el jefe del Estado francés, François Mitterrand, en el estadio de mecanotubo de Albertville, de 30.000 plazas, que será desmontado y alquilado después de esta cita. El seleccionador galo de fútbol, Michel Platini, fue el último relevista de la antorcha y la ceremonia general fue espectacular, aunque con 70 millones de francos (1.400 millones de pesetas) menos de los previstos para compensar en parte los desfases en el presupuesto. Las competiciones comenzaron con el hockey sobre hielo antes del solemne acto, pero su verdadero inicio es hoy: cuatro finales; entre ellas, la del descenso masculino.

Samaranch, el presidente del COI, pronunció el tradicional discurso de bienvenida tras el desfile de los atletas de los 64 países participantes. Cinco párrafos solamente -"no se quejarán", ironizó poco después de escribirlo hace unos días; "así no pasarán frío"- y una referencia que quiere introducir en el lenguaje deportivo: la ética en vez del fairplay (juego limpio) para darle mayor entidad. La reina Sofia, que ha estado esquiando en Courchevel, asistió a la inauguración, en la que también estuvo el vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle. Platini fue el último relevista de la antorcha.La ceremonia fue una gran danza en la que se introdujeron la mayoría de los movimientos técnicos de los deportes sobre la nieve y el hielo. Para ello, su creador, Philippe Decoufflé, un coreógrafo de 30 años que ha trabajado en el circo, utilizó una serie de cables, poleas, balancines y columpios que completaron una presentación muy original. No faltó la patrulla de aviones a reacción en el cielo ayer aún soleado de la Saboya. El fondo de música digital ya fue más discutible. Pero, en definitiva, todo salió mucho más barato que el montaje faraónico programado por Jean Louis Annaud, el realizador de la película El oso.

Simples recuerdos

Se decidió recortar los gastos porque, en realidad, todo quedará más que nunca en un simple recuerdo. En la zona industrial donde se ubica desaparecerá el tinglado de mecanotubo del esta dio, un absurdo para tan pocos habitantes. En el cercano palacio del hielo, donde se disputará desde el día 18 el debutante patinaje de velocidad en pista corta, las gradas se quedarán en 2.000 y no en 9.000. Un ejemplo claro del intento de los organizadores por paliar el despilfarro de los 16 días de gloria que pueden estar pagándose muchos años.

El caso del vecino Grenoble, en 1968, es una fijación aquí porque ya no salen las cuentas para amortizar las inversiones. El mal tiempo y las cancelaciones de muchas reservas hoteleras pueden cavar la fosa. El alquilar las gradas sobrantes no parece un excesivo negocio futuro. El estadio del patinaje de velocidad se reconvertirá en un campo de fútbol y una pista de atletismo, con lo que sólo será un beneficio social. Pero los trampolines de Courchevel y los trazados del bobsleigh y el luge de La Plagne -deben refrigerarse artificial mente con amoníaco líquido y la insostenible contaminación incluso podría hacer que, al cabo, se optara por su demolición serán un monumento al elitismo. Aparte de que han sido uno de los grandes fiascos, al costar el doble y el triple de lo pensado, no se podrá pedir nunca una práctica masiva para lanzarse desde pendientes de 90 y 120 metros o a más de 100 kilómetros por hora en un bob o un trineo.

La anécdota en el desfile de los deportistas, aparte ya del exotismo de algunos, fue protagonizada por el equipo danés y sus indumentarias, fabricadas con pieles de foca. Tras la gran campaña de hace unos años para evitar la matanza de estos animales, la situación ha cambiado, pues su s4erpoblación había causado en Groenlandia, territorio administrado por Dinamarca, la práctica desaparición de las truchas, su alimento preferido. La propia reina de Dinamarca viste ahora prendas de foca y su comité olímpico, para evitar cualquier protesta ecologista, se ha aliado con la organización Greenpeace para justificar la necesidad de controlar la población de estos mamíferos.

Cita para Blanca Fernández

Mientras tanto, Blanca Fernández Ochoa, la eterna y solitaria opción española a una medalla, se mostró optimista a su llegada a Albertville, donde fue la lógica abanderada del equipo en el desfile. Olvidados ya todos los problemas de valoración del esquí nacional, al ser obvia su calidad y la discreción de sus compañeros, sin tener que hurgar en otras heridas, quiere tomarse con calma su último asalto al podio, su gran objetivo, una medalla. Es consciente de que toda la responsabilidad española recae sobre ella, pero tampoco quiere exagerarlo. "Estoy entre las favoritas en el eslalon, pero esta temporada ha habido muchas sorpresas con nuevas chicas que han surgido. Lo que sí es verdad es que yo estoy mejor que nunca y lucharé al máximo".

El descenso masculino, primera Prueba importante

El descenso masculino (12.15 horas) acaparará la atención del primer día de finales. Se disputará en Val d'lsére, sobre 2.905 metros y con un desnivel de 972. La pista, denominada Cara de Bellevarde, ha sido diseñada por el suizo Bernhard Russi, campeón olímpico en Sapporo 72, y que se ha convertido en el arquitecto estrella de los trazados más famosos. El de hoy se puede observar casi en su totalidad desde la llegada, aunque para los deportistas requiere una táctica y un arrojo impresionantes.En el primer muro, llamado Edelweiss, la pendiente es del 54% y los esquiadores se lanzan a 130 kilómetros por hora. Más abajo, en el primer salto, obligado por el desnivel Catherine, deben volar 50 metros antes de volver a esquiar. La velocidad máxima la alcanzarán después, a 140 kilómetros por hora, en el gran muro, con un 51% de desnivel. Habrán tenido que frenar antes, hasta los 50 o 60 kilómetros por hora, en el viraje de un poste del teleférico y después en Uña curva a la derecha. Les quedarán aún dos saltos más de 50 metros y la pendiente final, de un 63%.

El alemán Markus Wasmeier, un esquiador completo que se defiende espléndidamente en el eslalon gigante, hizo los dos mejores tiempos en los primeros entrenamientos, pero el favorito sigue siendo el último gran dominador de la especialidad, el suizo Franz Heinzer. Incluso su compatriota y líder de la Copa del Mundo, Paul Accola, mostró su enorme habilidad el segundo día al hacer el segundo tiempo.

Pero las pruebas olímpicas siguen siendo una lotería. Ayer, por ejemplo, en el último descenso de preparación, dio la sorpresa el noruego Thorsen ante una de las figuras, el polivalente luxemburgués Marc Girardelli. Al margen de las especulaciones estará el español Ricardo Campos, que no ha bajado del puesto 500 en los entrenamientos.

Las otras finales son éstas: 15 kilómetros del esquí de fondo, 3.000 metros del patinaje femenino de velocidad y el salto desde el trampolín de 90 metros.

Ayer, en hockey sobre hielo, se dieron estos resultados: Francia, 2; Canadá, 3. Checoslovaquia, 10; Noruega, 1. CEI, 8; Suiza, 1.

Archivado En