El mal tiempo amenaza con aumentar el caos en los Juegos de Invierno

La amenaza del mal tiempo, tal vez la más grave para los Juegos Olímpicos de Albertville que se inician el sábado, comenzó a concretarse ayer. Nieva sin cesar desde la noche del lunes, y el recuerdo del pasado 22 de diciembre, cuando la Saboya quedó colapsada 48 horas a causa de las precipitaciones, está en la mente de todos. Edith Cresson, la primera ministra francesa, no pudo llegar a la apertura de la 98ª Sesión del COI.

El reto de los Juegos de Albertville empieza a estar en su punto culminante. La cita invernal se va a celebrar en zonas montañosas de dificil acceso, lo que no deja ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La amenaza del mal tiempo, tal vez la más grave para los Juegos Olímpicos de Albertville que se inician el sábado, comenzó a concretarse ayer. Nieva sin cesar desde la noche del lunes, y el recuerdo del pasado 22 de diciembre, cuando la Saboya quedó colapsada 48 horas a causa de las precipitaciones, está en la mente de todos. Edith Cresson, la primera ministra francesa, no pudo llegar a la apertura de la 98ª Sesión del COI.

El reto de los Juegos de Albertville empieza a estar en su punto culminante. La cita invernal se va a celebrar en zonas montañosas de dificil acceso, lo que no deja de ser bonito e idílico, pero desfasado en 1992. Cuando el gigantismo es ya uno dé los problemas más graves del movimiento olímpico, no es de recibo tratar de calzar un acontecimiento enorme en un zapato dos o tres números menor. Sólo una horma milagrosa va a salvar con cierto decoro el trago que se avecina.La primera ministra francesa, Edith Cresson, que debía estar ayer en la apertura de la 98ª Sesión del COI en el Patinoire de Courchevel, a 1.850 metros de altura, decidió a primera hora de la mañana anular el desplazamiento a causa de las malas condiciones climatológicas. Cresson debía viajar en helicóptero desde Chamonix hasta el helipuerto de Courchevel, a 2.200 metros de altitud. Pero en la zona de hoteles, a 2.000 metros, apenas se veía a 100 metros de distancia, y seguía nevando tras haber caído más de 20 centímetros de nieve en sólo unas horas. El desplazamiento por carretera desde Albertville, en la falda de esta zona de los Alpes franceses, donde sólo llovía, era también muy difícil.

Discurso de Samaranch

Samaranch, en su discurso de ayer, señaló las intenciones del COI en el futuro de permitir el desarrollo de los Juegos Invernales en varias regiones o incluso en dos países, aunque siempre alrededor de una ciudad designada como sede. Con su diplomacia habitual, Samaranch felicitó a los organizadores de Albertville como si ya hubieran ganado su reto, mientras fuera del Patinoire coches y viandantes patinaban como si hubieran sacado a la calle la pista de hielo.

Samaranch recordó, lógicamente, a Coubertin (el Congreso de París, en 1994, conmemorará el centenario de la creación del COI), y alabó la vuelta de los Juegos a la montaña y que sean deportistas los que los hayan organizado, con Jean Claude Killy, triple campeón hace 24 años en Grenoble, a la cabeza al ser uno de los presidentes del comité organizador.

Mientras tanto, bajo la nieve y a base de negociaciones, promesas o directamente dinero, sube y baja la bolsa de las huelgas. El consuelo es que nadie ha roto definitivamente la baraja. Pero contentos ya los 150 bailarines de la ceremonia de apertura al darles 1.000 francos más de prima (unas 20.000 pesetas), siguen sin estar claras las resoluciones de los conflictos planteados por los obreros de mantenimiento de carreteras y por los taxistas, a los que podrían unirse hasta los conductores de autobuses. Incluso los bomberos amenazan con otro plante para el viernes.

Archivado En