COPA DE EUROPA

El Madrid sufrió al final en Orthez

El Madrid se distingue por su facilidad para complicarse la vida, incluso cuando se dispone a rematar un gran partido. Ocurrió en la pista del Orthez, en un duelo que tenía miga para el equipo de Luyk. El Orthez era segundo del grupo y el causante de una derrota inesperada en la pista madridista hace dos meses. Fue el momento más bajo del Madrid que dirigía George Karl. El partido de ayer tenía la pinta de una venganza en toda regla. Mediado el segundo tiempo, el Madrid ganaba 43-68, una distancia que explicaba su excelente juego en todas las facetas. Un buen rato después, el Madrid sudaba de ...

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El Madrid se distingue por su facilidad para complicarse la vida, incluso cuando se dispone a rematar un gran partido. Ocurrió en la pista del Orthez, en un duelo que tenía miga para el equipo de Luyk. El Orthez era segundo del grupo y el causante de una derrota inesperada en la pista madridista hace dos meses. Fue el momento más bajo del Madrid que dirigía George Karl. El partido de ayer tenía la pinta de una venganza en toda regla. Mediado el segundo tiempo, el Madrid ganaba 43-68, una distancia que explicaba su excelente juego en todas las facetas. Un buen rato después, el Madrid sudaba de lo lindo para . ganar un encuentro que terminó con una ventaja de sólo seis puntos. En medio quedó la incapacidad de un equipo para firmar un,actuación conipleta. Durante el primer tramo, el Madrid hizo un partido de manual. Defendió bien y atacó con precisión. Su porcentaje rondó el 60% en la primera parte y el Orthez no podía rebasar el 30%. La presencia de Ricky Brown bajo las dos canastas era devastadora para los franceses. El veterano pivote consiguió 18 puntos en este periodo y dominó los rebotes. La contribución general era positiva, con la excepción de Simpson, descentrando en los tiros exteriores y poco eficaz en defensa.

Cuando el agujero parecía abismal, el Orthez desplegó una presión en toda la cancha que provocó un aluvión de errores en el Madrid. Todo la solidez anterior dio paso a un juego tímido, desvaído y plagado de fallos. Las pérdidas de la pelota fueron constante y las decisiones de ataque contra la presión eran casi siempre incorrectas. El Orthez se creció y comenzó a vivir de unas canastas tremendas de tres puntos, con Mike Jones de artillero. Pero el tiempo estaba de parte del Madrid. No había margen para tapar un margen de 25 puntos, aunque sí existió la evidencia de la falta de intensidad en el conjunto' de Luyk.

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