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A los cinco años de retirarse, lesionado, el baloncestista Ruland juega de nuevo

Cinco años después de que se tuviera que retirar a la fuerza, el pivot Jeff Ruland regresa a la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA). Le han resucitado igual que a Lázaro. Gracias a los nuevas técnicas médicas, rehabilitó sus rodillas y recuperó lo suficiente de su antigua condición de all star para hacerse un hueco en el Philadelphia 76ers. Ruland, cuya carrera comenzó en el Barcelona, vive día a día. Fichó por el salario mínimo de 130.000 dólares más una bonificación de 10.000 por partido. Es todo lo que le importa.

"He dicho repetidas veces que es demasiado bueno para ...

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Cinco años después de que se tuviera que retirar a la fuerza, el pivot Jeff Ruland regresa a la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA). Le han resucitado igual que a Lázaro. Gracias a los nuevas técnicas médicas, rehabilitó sus rodillas y recuperó lo suficiente de su antigua condición de all star para hacerse un hueco en el Philadelphia 76ers. Ruland, cuya carrera comenzó en el Barcelona, vive día a día. Fichó por el salario mínimo de 130.000 dólares más una bonificación de 10.000 por partido. Es todo lo que le importa.

"He dicho repetidas veces que es demasiado bueno para ser cierto", afirma Ruland; "no sé hasta dónde llegaré. Puede que sean 10 partidos; un año, dos o tres. Tan sólo quiero jugar. Es mejor que no hacer nada".El retorno de Ruland, de 33 años, se puede considerar milagroso, pero no singular, en los anales de la Liga. En 1970, Bob Cousy, el entrenador del Cincinnati Royals, jugó siete partidos. para su equipo siete años después de haber abandonado el deporte con seis títulos de Liga y 6.945 asistencia s a su nombre. Cousy, que tenía 45 años por aquel entonces, tan sólo sumé cinco puntos y diez asistencias más.

Ruland fichó el 6 de enero y ya ha jugado tres encuentros. Necesita engrasar su máquina, pero no ha perdido nada de su espíritu combativo. Marcó ocho puntos en el primero y nueve en los dos siguientes. Marcó un total de 14 rebotes, 11 faltas personales y dos tapones.

Los médicos quieren limitar sus minutos a no más de 25, lo que convierte a este jugador de 2,11 metros y 122 kilos en un suplente estático. Mejor eso que estar en casa viendo el partido por televisión. ".Me he dicho que, mientras esté aquí, voy a gozar cada minuto y cada momento", declara Ruland; "éste es el mejor trabajo en América".

Las medias de Ruland fueron de 16,5 puntos y 10,8 rebotes. Fue una estrella con el Washington Bullets, un jugador que, ni daba pedía tregua. Su carrera llegó a un final abrupto cinco, partidos después del inicio de la temporada, en 1986, porque los médicos habían diagnosticado un desgaste total del menisco. Fue un gran golpe para Ruland y para los 76ers, que ese verano habían prescindido del pivot Moses Malone por él, confiados en que era la pieza necesaria para conseguir el campeonato. En parte por ello, Ruland ha regresado a Filadelfia. Quiere pagar una vieja deuda.

Hubo una época en que Ruland no podía casi andar. Tres operaciones no resolvieron su problema. La razón de la mejoría inesperada tiene que ver con la técnica del doctor Richard Steadman. Él perforó el hueso que rodea la zona del menisco y luego lo raspó, lo que hizo que cicatrizara. El tejido que creció a causa de la operación actúa ahora como menisco.

"Fue un procedimiento bastante loco", explicó Ruland; "no tenía nada que perder. El doctor me dio unas probabilidades del 75%, que me gustaron mucho. En el peor de los casos, mi rodilla iba a mejorar. Viví con un dolor constante durante cinco años". Ruland confiesa que, en los primeros tres que estuvo retirado, no sabía qué hacer. Al fin, decidió volver a su universidad, lona, al norte de Nueva York, y finalizar sus estudios de Comunicaciones. Empezó a trabajar como ayudante del entrenador del baloncesto, pero resolvió que lo que quería era volver a jugar.

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