GENTE

Mijaíl Gorbachov,

ex presidente de la desaparecida URSS, no se verá afectado por los problemas del paro, a juzgar por el número de ofertas que le han llovido desde que abandonó el cargo, la pasada semana. Si su deseo de permanecer en la política encuentra demasiados obstáculos, siempre podrá elegir entre varias y pintorescas actividades. Desde el dueño de una cadena de casinos en Nevada (EE UU) hasta el eurodiputado español José María Ruiz-Mateos, todos quieren fichar al artífice de la perestroika para los negocios más variados. La oferta norteamericana es especialmente jugosa. ...

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ex presidente de la desaparecida URSS, no se verá afectado por los problemas del paro, a juzgar por el número de ofertas que le han llovido desde que abandonó el cargo, la pasada semana. Si su deseo de permanecer en la política encuentra demasiados obstáculos, siempre podrá elegir entre varias y pintorescas actividades. Desde el dueño de una cadena de casinos en Nevada (EE UU) hasta el eurodiputado español José María Ruiz-Mateos, todos quieren fichar al artífice de la perestroika para los negocios más variados. La oferta norteamericana es especialmente jugosa. Don Laughlin, empresario del juego, está dispuesto a pagar a Gorbachov un salario anual de un millón de dólares (alrededor de 100 millones de pesetas) si acepta convertirse en el relaciones públicas de su sociedad. Ruiz-Mateos es menos concreto en su propuesta. En una carta dirigida a la Embajada rusa en España, el eurodiputado intenta convencer al ex dirigente soviético de las excelencias de una sociedad de empresarios europeos -encabezada por él mismo- que desde hace algún tiempo estudia la posibilidad de realizar negocios en Europa del Este. En contrapartida por sus servicios, Ruiz-Mateos adelanta en su misiva que están dispuestos a hacerle una atractiva oferta económica.

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