'Bailarina española da lecciones de pasión'

Trinidad Sevillano arrasa con su 'Giselle' en el Boston Ballet

La personalidad de Trinidad Sevillano arrasó en la apertura de la temporada 1991-1992 del Boston Ballet la noche del jueves 17 de octubre. "Giselle es ella", dijo Bruce Marcks, director artístico de la compañía, emocionado, como' el público que abarrotó el teatro, por la interpretación "apasionada" de la española. "¡Uau, es grande!", exclamó un joven bailarín de nueve años. Y así es Trinidad Sevillano, pequeña de estatura pero inmensa en escena. Los bravos del final arreciaron tanto como la lluvia que caía la noche del estreno. "Trini for ever" ("por siempre Trini"), coreaba un grupo de...

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La personalidad de Trinidad Sevillano arrasó en la apertura de la temporada 1991-1992 del Boston Ballet la noche del jueves 17 de octubre. "Giselle es ella", dijo Bruce Marcks, director artístico de la compañía, emocionado, como' el público que abarrotó el teatro, por la interpretación "apasionada" de la española. "¡Uau, es grande!", exclamó un joven bailarín de nueve años. Y así es Trinidad Sevillano, pequeña de estatura pero inmensa en escena. Los bravos del final arreciaron tanto como la lluvia que caía la noche del estreno. "Trini for ever" ("por siempre Trini"), coreaba un grupo de aficionados.

"Ves a Trinidad y es como si no hubieras visto a ninguna Giselle. Lloré en Madrid y he vuelto a llorar aquí", declaró Bruce Marcks. "Trini es fundamental en nuestra compañía. En EE UU nos preocupamos mucho de la técnica, y ahora estamos aprendiendo de ella a interpretar. Aporta su capacidad de sentir, su pasión".

Trinidad Sevillano guarda a Giselle en su camerino y flotan do entre los elogios sonríe y a veces se sonroja. "No es como las demás estrellas. Es real", comenta una compañera suya.

"Somos trabajadores de la danza", dice la artista, haciendo hincapié en el entrenamiento, pero parece que no lo necesita, que para ella bailar es como respirar. Ahora, con 23 años de edad y 17 como bailarina, en Boston respira tranquilidad personal y profesional y en su cabeza bullen proyectos: estudiar, ser actriz, crear coreografias, escribir...

Vive en una casa antigua y sílenciosa, rodeada de árboles. "En esta ciudad no me agobio", dice. Contagiada por el ambiente universitario de su barrio, quiere hacer una carrera. "Estoy pensando en Liberal Arts, que implica teatro. Lo que más me gusta del baile es poder ser actriz".

Con expresiones españolas salpicadas de palabras en inglés, Trini suelta sus inquietudes como quien abre una botella de champaña. "Antes escribía mucho: comentarios, historias sobre mi fantasía y mi realidad... Creo que cuando deje de bailar haré muchas cosas que tengo guardadas". "Esta profesión castiga mucho el cuerpo", dice Trinidad, y suspira por un año sabático, justo cuando está saboreando la cumbre.

En los últimos tiempos, Trini tiene a Giselle "tatuada" en su destino, pero, tras'un paréntesis navideño con el clásico Cascanueces, Trini "saltará" a un festival de danza contemporánea. "Me apetece mucho cambiar". Y en el verano del 92, otra apetencia: participar en España en un homenaje a su maestra María de Ávila..

¿Y después? "He firmado un contrato por otro año en el Boston Ballet. Es curioso, aquí tienen fascinación por la gente que viene de Europa", dice Trinidad, a quien sus compañeros le reclaman que baile flamenco. "Yo les digo que aunque sea española, no tengo ni idea", explica.

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