Crítica:

Billy, el embustero

0.35 / La 2Billy Liar, 1963 (95 minutos). Director: John Schlesinger. Intérpretes: Tom Courtenay, Julie Christie, Mona Washbourne, Wilfred Plekles, Ethel Griffies, Finlay Currie. Comedia.

El segundo largometraje de John Schiesinger -tras Esa clase de amor- y uno de los más característicos títulos del movimiento británico conocido por free cinema. La rebeldía del ser joven frente a la sociedad que le envuelve, frente a la hipocresía, al encorsetamiento burgués, son los rasgos que definen ese cine. Y en Billy, el embustero los materializa un mucha...

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0.35 / La 2Billy Liar, 1963 (95 minutos). Director: John Schlesinger. Intérpretes: Tom Courtenay, Julie Christie, Mona Washbourne, Wilfred Plekles, Ethel Griffies, Finlay Currie. Comedia.

El segundo largometraje de John Schiesinger -tras Esa clase de amor- y uno de los más característicos títulos del movimiento británico conocido por free cinema. La rebeldía del ser joven frente a la sociedad que le envuelve, frente a la hipocresía, al encorsetamiento burgués, son los rasgos que definen ese cine. Y en Billy, el embustero los materializa un muchacho, el típico young angry man, que vive al margen de todo, encerrado en su mundo, un poco a la manera de Walter Mitty, creándose su propia realidad -que es, por descontado, la mentira con respecto a los demás, y de ahí el título-, aunque cuando tiene la oportunidad de cambiar su entorno provinciano y partir hacia la gran ciudad -Londres, naturalmente-, no se atreve, representa demasiado riesgo, demasiada responsabilidad para él. Alrededor de ese personaje construye Schlesinger una película que acaso habrá envejecido más de lo que sería de desear, pero que en su momento -que es lo que importa- representó un hallazgo nada despreciable.

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