Burrell, libre de la sombra de Lewis

Leroy Burrell comienza a caminar solo. El velocista estadounidense de 100 metros recibió ayer su primer bailo de celebridad en la víspera de¡ inicio de los Mundiales. En Tokio atendió una conferencia de prensa multitudinaria. Libre por una vez de la sombra de Lewis, Burrell se despachó con más soltura de la esperada en un hombre tímido. Dijo que tenía un 70% de posibilidades de ganar los 100 metros, aseguró haber progresado mucho en los 200 metros y respaldó el aumento de las sanciones por dopaje. Además, criticó a Ben Johnson: "Es el hombre que estuvo a punto de destruir este deporte".
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Leroy Burrell comienza a caminar solo. El velocista estadounidense de 100 metros recibió ayer su primer bailo de celebridad en la víspera de¡ inicio de los Mundiales. En Tokio atendió una conferencia de prensa multitudinaria. Libre por una vez de la sombra de Lewis, Burrell se despachó con más soltura de la esperada en un hombre tímido. Dijo que tenía un 70% de posibilidades de ganar los 100 metros, aseguró haber progresado mucho en los 200 metros y respaldó el aumento de las sanciones por dopaje. Además, criticó a Ben Johnson: "Es el hombre que estuvo a punto de destruir este deporte".

Burrell inicia su serie eliminatoria de 100 metros a las nueve de la mañana del sábado (dos de la madrugada de España). Los pronósticos le conceden más crédito que a Carl Lewis, al que ha derrotado en todas las carreras de este año. A nadie puede extrañar que este hombre alcance de una vez su condición de gran estrella del atletismo: el hombre más rápido del mundo siempre es una prima donna del deporte. Es el resultado de la atracción que ejerce la carrera de 100 metros. No hay tácticas ni especulaciones. Sólo queda una recta por delante. Burrell llega a Tokio en una posición parecida a la de Ben Johnson en los pasados mundiales de Roma. Es joven, es veloz y tendrá que batir a Carl Lewis para coronarse.La diferencia con Johnson es de carácter personal. El velocista canadiense odiaba a Lewis. Burrell, sin embargo, no ha sido hasta ahora otra cosa que un replicante de su compatriota. Ha crecido en Filadelfia, ha estudiado en la Universidad de Houston, se ha entrenado con Tom Téllez y ahora forma parte de esa caravana alocada que es el club Santa Mónica. Todo igual que Lewis.

200 periodistas

Doscientos periodistas, un avispero de fotógrafos y una quincena de camarógrafos de televisión acudieron a la conferencia de Burrell. El pretexto era la promoción de sus zapatillas japonesas. El plusmarquista mundial aprovechó la ocasión para negar en todo momento que tuviera problemas con Carl Lewis, el astro por excelencia del atletismo mundial. "Nuestra relación es cada vez mejor, más fuerte que hace dos años, por ejemplo. Ahora nos, conocemos bien. Gracias a él corro mejor. Entreno con Lewis y con otros grandes atletas, tenemos objetivos comunes y siempre trabajamos duro. Es un beneficio para todos", manifestó. Sobre su estado físico aseguró que era perfecto. "Me siento mejor que hace dos meses, cuando batí el récord del mundo en Nueva York. Mis entrenamientos han sido muy buenos en las dos últimas semanas. Las salidas han sido sorprendentes. Todos los indicadores de mi velocidad son magníficos".Burrell cifró en un 70% las posibilidades de conquistar la victoria en la final de 100 metros y sólo citó el nombre de Levvis como única referencia inquietante. "Será el rival más duro sobre la pista".

Las esperanzas de Burrell residen en varios aspectos. El calor terrible en la capital japonesa, una pista muy ensalzada por los atletas y la categoría de los adversarios. La posibilidad de un récord del mundo es cierta con estas referencias. El atleta estadounidense aceptó que sentía una presión considerable en estos momentos, pero se mostró confiado en su suerte: "Cuando quieres ser el mejor tienes que aguantar la presión. Es la primera regla para aquellos que quieren ser los mejores. Y yo quería ser plusmarquista mundial de 100 metros".

Sobre el aumento de las sanciones por dopaje a cuatro años de sanción, Burrell señaló que era partidario de esa nueva norma y no evitó una referencia clarísima a Ben Johnson: "Me refiero sobre todo a los esteroides. Creó que son un problema muy grave. Un hombre estuvo a punto de destruir nuestro deporte. Es algo que debemos tener en cuenta".

El atleta norteamericano se mostró entusiasmado con sus progresos en los 200 metros: "En las últimas semanas he comenzado a entender el carácter de esta carrera, y antes aceleraba muy pronto porque consideraba la prueba como una extensión de los 100 metros".

Aunque la ceremonia de apertura se celebra hoy, la primera jornada comenzará a disputarse en la madrugada del sábado, con la final de 20 kilómetros marcha. Esta controvertida especialidad siempre ha sido una buena reserva para los atletas españoles, capaces de medirse con los mejores del mundo. Daniel Plaza, Miguel Ángel Prieto y Valentín Massana defenderán su suerte, más aún en una prueba que siempre queda al arbitrario criterio de los jueces.

La delegación soviética será la protagonista de la ceremonia de apertura. Cien atletas soviéticos llegaron ayer al aeropuerto de Nagoya, procedentes de Vladivostok. Un día antes arribó a Tokio Serguéi Bubka, junto al veterano Yuri Sedilch -dos veces campeón olímpico de lanzamiento de martillo-, el vallista Ígor Kazánov y Natalia Lissovskaia, lanzadora de peso.

Por otro lado, el británico Peter Elliot, favorito en los 1.500 metros, no podrá competir por lesión. Así deja el camino más fácil al español Fermín Cacho, que sólo tendrá como teórico rival a Morceli.

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