Crítica:

La rosa púrpura de El Cairo

The purple rose of Cairo, 1984 (79 minutos). Director: Woody Allen. Intérpretes: Mía Farrow, Feff Daniels, Danny Aiello, Van Johnson. Comedia.Una idea brillante ya expuesta, sesenta años antes, por Buster Keaton en El moderno Sherlock Holmes: echar un lazo de vida entre la pantalla y la platea, fundir las fronteras que separan realidad de ficción. La protagonista de la película es una mujer casada y frustrada, que vive los años de la depresión sin ilusiones. O con una única ilusión: el cine. Tanto va al cine y tantas veces ve una película de aventuras que su protago...

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The purple rose of Cairo, 1984 (79 minutos). Director: Woody Allen. Intérpretes: Mía Farrow, Feff Daniels, Danny Aiello, Van Johnson. Comedia.Una idea brillante ya expuesta, sesenta años antes, por Buster Keaton en El moderno Sherlock Holmes: echar un lazo de vida entre la pantalla y la platea, fundir las fronteras que separan realidad de ficción. La protagonista de la película es una mujer casada y frustrada, que vive los años de la depresión sin ilusiones. O con una única ilusión: el cine. Tanto va al cine y tantas veces ve una película de aventuras que su protagonista, un Indiana Jones avant la lettre, Intrigado, sale de la proyección y se fuga con ella, dejando al público, a los exhibidores y productores más tarde y al resto de personajes ficticios en grave aprieto. Allen aún nos planteará nuevas y chispeantes situaciones, en una comedia concisa, de sabroso diálogo que, tras la anécdota graciosa todavía se permite apuntes valiosos sobre la tragedia de vivir y el poder taumatúrgico del cine.

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