Los elementos del éxito

Robert Prosinecki luce 22 años y todos los elementos que un futbolista necesita para alcanzar el éxito. El ex centrocampista del Estrella Roja fue elegido, con 18 años, mejor futbolista del Mundial juvenil que se disputó en Chile. El nuevo extranjero del Real Madrid se vio oscurecido durante años por Stojkovic, otro jugador exquisito del equipo de Belgrado, pero el traspaso de éste al Olympique de Marsella permitió descubrir su luz futbolística.Posee Prosinecki 183 centímetros de altura y un físico esbelto. Dotado de una claridad de ideas incuestionable, trabaja como organizador total del jueg...

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Robert Prosinecki luce 22 años y todos los elementos que un futbolista necesita para alcanzar el éxito. El ex centrocampista del Estrella Roja fue elegido, con 18 años, mejor futbolista del Mundial juvenil que se disputó en Chile. El nuevo extranjero del Real Madrid se vio oscurecido durante años por Stojkovic, otro jugador exquisito del equipo de Belgrado, pero el traspaso de éste al Olympique de Marsella permitió descubrir su luz futbolística.Posee Prosinecki 183 centímetros de altura y un físico esbelto. Dotado de una claridad de ideas incuestionable, trabaja como organizador total del juego de sus compañeros, faena para la que exige libertad de movimientos en el terreno de juego. A todo ello une una capacidad rematadora sobresaliente, con 15 goles de media por temporada. Acostumbra a ejecutar los saques de esquina y la mayoría de los golpes francos.

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Como principales virtudes de este jugador destacan la precisión en el pase, lo que garantiza sus dotes organizativas, y una línea de rendimiento sin apenas altibajos, fruto de una incuestionable disciplina que le lleva a estar siempre en apoyo de sus compañeros. Es diestro, pero se mueve con soltura por cualquier lado del campo. Su imagen de marca es la pisada. Con la suela de la bota templa en balón, en busca del regate imprevisible. La velocidad es una de sus mejores armas, en contraste con sus deficiencias en el juego aéreo, aspecto que no utiliza con asiduidad. No es excesivamente sacrificado en funciones de presión y desgaste del rival, pero suele cumplir con corrección su trabajo de cobertura merced a un gran sentido de la colocación.

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