Su vaso, señor Aznar

Las azafatas de congresos y de partidos cumplen una abnegada misión, siempre pendientes de los detalles. Hay que colocar a los invitados, recibir a las personalidades, situar los micrófonos a la distancia adecuada y abastecer de agua a los oradores. Quienes no estuvieron a su misma altura fueron los diseñadores del estrado desde el que habló José María Aznar, presidente del Partido Popular, el pasado 18 de mayo en Toledo. Al colocar la repisa del púlpito a una altura excesivamente baja, obligaron a las azafatas a ejecutar unas maniobras que levantaron las suspicacias de los más atrevidos, y qu...

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Las azafatas de congresos y de partidos cumplen una abnegada misión, siempre pendientes de los detalles. Hay que colocar a los invitados, recibir a las personalidades, situar los micrófonos a la distancia adecuada y abastecer de agua a los oradores. Quienes no estuvieron a su misma altura fueron los diseñadores del estrado desde el que habló José María Aznar, presidente del Partido Popular, el pasado 18 de mayo en Toledo. Al colocar la repisa del púlpito a una altura excesivamente baja, obligaron a las azafatas a ejecutar unas maniobras que levantaron las suspicacias de los más atrevidos, y que incluso llamaron la atención del propio orador. Pero, Finalmente, no tenía Aznar de qué preocuparse. Aquí esta su vaso. Para que se le haga la boca agua.

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