Tribuna:

Tantos yos

En esta guerra lejana casi todo pa de noche; nos levantamos a la m nana para desgajar los cascotes los cuerpos con la esperanza de q los misiles estuvieran humedecido Pero los guionistas de esta guer siempre tienen alguna sorpresa pa los espectadores. Anteayer tocab2 pilotos abatidos. Ayer nos obs quiaron con presuntos pozos de p tróleo ardientes y una nube tóxi que emponzoñaba el mundo. Y e tre las exigencias del guión llegam a la cama perdidos de palabras té nicas y balbuceos morales. Al fin al cabo empezamos el día leyene un artículo de lamento genérico ante el caré con, leche, también n la...

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En esta guerra lejana casi todo pa de noche; nos levantamos a la m nana para desgajar los cascotes los cuerpos con la esperanza de q los misiles estuvieran humedecido Pero los guionistas de esta guer siempre tienen alguna sorpresa pa los espectadores. Anteayer tocab2 pilotos abatidos. Ayer nos obs quiaron con presuntos pozos de p tróleo ardientes y una nube tóxi que emponzoñaba el mundo. Y e tre las exigencias del guión llegam a la cama perdidos de palabras té nicas y balbuceos morales. Al fin al cabo empezamos el día leyene un artículo de lamento genérico ante el caré con, leche, también n lamentamos. Poco después escuch mos al portavoz gubernamental casi nos convence de agradecerle poco que, según él, nos hemos met do en el fregado. Vemos las lági-mas de una madre en Cartagena acabamos llorando con ella. Nos d cen que la Bolsa ha subido tras ataque y eso nos da sosiego; pe más tarde participamos en una m nifestación por la paz y acabam insultando a Bush y olvidando a S dam. A la hora de la cena oímos t debate de expertos en cosas de gu rra y nos excitamos jugando a est do mayor en la salita. En el últim telediario sentimos indignación p el piloto satisfecho que regresa ti-su siembra de muerte, pero ya madrugada nos mueve a compasió su propia imagen humillada por cautividad ante la mirada del mu do. Los guionistas de la guerra n han sacado a la superficie todas 1 pulsiones escondidas de la especi Nos resistimos a ser únicamente p sionales y accidentalmente occide tales. Buscamos el cabo de la razó y sólo enéontramos naufragio, t vez porque nuestros yos quieren e tar en todas partes a la vez. Nos e canta seguir viviendo como et ropeos colonizadores, pero nos más fácil pensar como árabes col nízados. Será que uno de nuestr( yos se nos está volviendo amerie no. Y no sabemos cómo esconderlo.

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