Crítica:

El príncipe de Zamunda

22.00 / Canal +Coming to America, 1988 (117 minutos). Director: John Landis. Intérpretes: Eddie Murphy, James Earl Jones, Arsenio Hall, Sari Headley. Comedia.Las corrientes por las que discurre esta comedia, propias de Landis, son, antes que las de Desmadre a la americana o Tres amigos, las de Entre pillos anda el juego, película de estructura clásica, fábula social que entronea con los grandes hitos del género de los años treinta principalmente. Nuevo Mark Twain, Charles Dickens moderno, Landis nos narra aquí -como antes allí- un cuento sobre el diner...

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22.00 / Canal +Coming to America, 1988 (117 minutos). Director: John Landis. Intérpretes: Eddie Murphy, James Earl Jones, Arsenio Hall, Sari Headley. Comedia.Las corrientes por las que discurre esta comedia, propias de Landis, son, antes que las de Desmadre a la americana o Tres amigos, las de Entre pillos anda el juego, película de estructura clásica, fábula social que entronea con los grandes hitos del género de los años treinta principalmente. Nuevo Mark Twain, Charles Dickens moderno, Landis nos narra aquí -como antes allí- un cuento sobre el dinero y la felicidad. Su premisa es un príncipe de un reino imaginario. Zamunda, que se trasladará a Nueva York en busca de un amor de verdad, un amor no impuesto por intereses de Estado. Allí perderá todos los lujos y comodidades que le ofrecía el trono para entrar en contacto con la cruda realidad. La comedia es ágil, dinárnica y divertida, aunque su estructura -su guión, su diálogono está tan pulida como en la de la ya mencionada Entre pillos anda el juego (y aprovechemos la ocasión para decir que los dos simpáticos millonarios de aquella película vuelven a aparecer aquí, fugazmente, como mendigos callejeros que reciben una espect acular limosna de nuestro príncipe, y son Igualmente los veteranos Don Ameche y Ralph Bellamy quienes los interpretan). Por un capricho de la producción señalemos que el excelente maquillador Rick Baker somete a Eddie Murphy a tres papeles más, tres secundarios: el peluquero Clarence, el cantante Randy Watson y el viejo Saúl (un blanco) son, en efecto, tres irreconocibles Eddie Murphy.

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