Victoria histórica del Barça en Split

El Pop 84 perdió algunas de las joyas con las que se exhibió en las dos últimas ediciones de la Copa de Europa que se adjudicó. Pocos apreciaron, hasta ayer, el valor de una de esas raras piedras preciosas que había quedado escondida bajo el brillo y esplendor de Radja, Ivanovic y Sobin -todos ellos ya en otros equipos-, o Kukoc, que permanece en calidad de estrella rutilante en el conjunto de Split. Pero detrás de todos ellos existía un técnico, Bozidar Maljkovic, que ayer, en una situación límite para su equipo, acertó a plantear de tal forma el encuentro que rompió totalmente el pronóstico....

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El Pop 84 perdió algunas de las joyas con las que se exhibió en las dos últimas ediciones de la Copa de Europa que se adjudicó. Pocos apreciaron, hasta ayer, el valor de una de esas raras piedras preciosas que había quedado escondida bajo el brillo y esplendor de Radja, Ivanovic y Sobin -todos ellos ya en otros equipos-, o Kukoc, que permanece en calidad de estrella rutilante en el conjunto de Split. Pero detrás de todos ellos existía un técnico, Bozidar Maljkovic, que ayer, en una situación límite para su equipo, acertó a plantear de tal forma el encuentro que rompió totalmente el pronóstico.El equipo azulgrana obtuvo anoche una doble victoria, la ya de por sí importante estadística y también la moral, la que atenúa de forma extraordinaria los efectos del maltrecho estado de su plantilla, mermada por las bajas por largo tiempo de Jiménez y Crespo.

Malikovic aprovechó al máximo los recursos y la inteligencia de sus pupilos. Aunque. el encuentro no se sentenció hasta cerca de los dos minutos finales, a los que ambos equipos llegaron al límite y en los que cada jugada se resolvió inevitablemente con faltas personales -en muchos casos eliminaciones de jugadores- y los consiguientes tiros libres.

El mayor éxito azulgrana radicó en que supo capear el temporal cuando lo tenía peor: 69-61 (m. 29). Evidentemente, se trataba del mejor momento del equipo yugoslavo y de su estrella Kukoc, que asumía a la perfección su papel de líder a pesar del excelente marcaje de que era objeto por parte de Solozábal. A todo eso había que añadir la capacidad de Savic para sacar provecho de su capacidad de choque y de su habilidad bajo los aros.

Maljicovic ordenó un dispositivo defensivo en una zona de acoplamiento en la que sus jugadores tenían ocasión de presionar especialmente sobre Kukoc, pero sin necesidad de emparejarse exclusivamente con un determinado oponente. Gracias a ello y a una extraordinaria serie de aciertos en ataque de Ortiz y Epi -que rebajó su poder anotador ofreciendo varias asistencias dignas del propio Kukoc-, el Barcelona igualó el marcador a 78 tantos a cinco minutos del final.

Los azulgrana no desperdiciaron la ocasión de rematar la faena en un emocionante final. El Barcelona había logrado acabar con el mito del equipo yugoslavo, que ha destrozado de forma sistemática las aspiraciones de los azulgrana en la Copa de Europa. Y además, el triunfo llegó en Split y fue protagonizado por un Barcelona minado por las lesiones.

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