AJEDREZ

Kárpov y Kaspárov aplazaron en posición de probable empate

La decimotercera partida del Mundial, que disputan los sovIéticos Gari Kaspárov, actual campeón, y Anatoli Kárpov, aspirante, quedó aplazada ayer en el Palacio de Congresos de Lyón tras cinco horas de juego con pronóstico de claro empate. Ambos jugaron de forma imprecisa cuando tenían ventaja. El marcador está igualado a 6 puntos. El campeón retendrá el título si hay empate tras las 24 partidas.

Kaspárov, con las piezas negras, volvió a plantear la defensa Grünfeld, que con tanta obstinación utilizó en el encuentro de Sevilla, hace tres años, y no tuvo ningún problema para lograr el...

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La decimotercera partida del Mundial, que disputan los sovIéticos Gari Kaspárov, actual campeón, y Anatoli Kárpov, aspirante, quedó aplazada ayer en el Palacio de Congresos de Lyón tras cinco horas de juego con pronóstico de claro empate. Ambos jugaron de forma imprecisa cuando tenían ventaja. El marcador está igualado a 6 puntos. El campeón retendrá el título si hay empate tras las 24 partidas.

Kaspárov, con las piezas negras, volvió a plantear la defensa Grünfeld, que con tanta obstinación utilizó en el encuentro de Sevilla, hace tres años, y no tuvo ningún problema para lograr el equilibrio tras las primeras jugadas, según el ex campeón del mundo Boris Spasski: "En ese momento yo tenía la sensación de que Kaspárov iba a ganar. Pero creo que después se equivocó de plan. Estoy convencido de que su jugada 19 es errónea".

"A partir de ahí", añadió Spasski, "Kárpov consiguió una posición igualada, como mínimo. Y precisamente cuando la partída era muy aburrida para mí, ellos empezaron a luchar. Entonces, el duelo se puso interesante porque, además, Kárpov estaba apurado de tiempo (ocho minutos para ocho movimientos) y se vio obligado a jugar pasivamente, desaprovechando su iniciativa. La posición aplazada es tablas con seguridad, y no me extrañaría que las acordasen por teléfono hacia el mediodía".

Poco antes del comienzo de la partida, los árbitros se dieron cuenta de que los retretes situados en los camerinos eran inutilizables debido a fugas de agua. El árbitro principal, el holandés Geurt Gijssen, estaba decidido a suspender la partida, con la sala abarrotada, si los dos soviéticos no aceptaban utilizar otros servicios más alejados. Ambos accedieron a regañadientes.

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