El Real Madrid venció a un flojo Taugrés

El Taugrés mostró en Madrid su versión light y el Real Madrid no tuvo ningún problema para im ponerse con comodidad, apoya do en un magnífico Stanley Roberts y en la omnipresencia de José Llorente. El futuro jugador de la NBA se convirtió en el auténtico dominador del partido. Aterrorizó a Rivas con varios tapones que le hicieron desaparecer, capturó 12 rebotes, consiguió 15 puntos y hasta se permitió el lujo de salir en contrataque tanto por las bandas como incluso botando por el centro.

El Real Madrid realizó su mejor partido de la temporada, lo que por otra parte no tenía ...

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El Taugrés mostró en Madrid su versión light y el Real Madrid no tuvo ningún problema para im ponerse con comodidad, apoya do en un magnífico Stanley Roberts y en la omnipresencia de José Llorente. El futuro jugador de la NBA se convirtió en el auténtico dominador del partido. Aterrorizó a Rivas con varios tapones que le hicieron desaparecer, capturó 12 rebotes, consiguió 15 puntos y hasta se permitió el lujo de salir en contrataque tanto por las bandas como incluso botando por el centro.

El Real Madrid realizó su mejor partido de la temporada, lo que por otra parte no tenía muy difícil. Con el marcador a favor desde el primer momento, no pasó nunca apuros, y precisamente ahí radicó la clave de su buen partido. Cuando esperaban un encuentro muy complicado se encontraron con un Taugrés descafeinado y únicamente con Roth como hombre entonado.

La jugada se repitió una y otra vez. Roberts cogía un espectacular rebote o colocaba un nuevo tapón a Rivas, el balón era recibido por Llorente, que metía la directa hasta la otra canasta, en donde él mismo culminaba la jugada o daba una nueva asistencia -13 en total- a Biriukov, Herrera o Martín.

Con Roberts dando lo mejor de sí mismo, Llorente encontró un aliado para poner en marcha un frenético ritmo de juego. Sólo cuando el Taugrés conseguía canasta, lo que hizo pocas veces en los primeros y decisivos minutos,-a falta de cinco minutos para el descanso el marcador era 40-20- una presión casi testimonial de Laso obligaba a Biriukov a subir el balón hasta la zona de ataque. Esta táctica, ya tan habitual en los equipos que se enfrentan al Madrid, no produjo el más minimo efecto, pues cada ataque blanco se convertía en dos o tres puntos, dependiendo de si era el ruso el que lanzaba.

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