El estudiantes ganó al CAI en la prórroga

F-7studiantes y CAI Zaragoza cumplieron con pulcritud los papeles que tenían asignados y pocas cosas se saltaron de un guión escrito hace bastante tiempo y al que se aferran con inusitada fidelidad. El Estudiantes persiste en mantener su inconfudible estilo de juego, que se caracteriza básicamente por sus radicales variaciones en intensidad, concentración y acierto. El CAI Zaragoza ratificó la imagen que dio en este mismo escenario hace menos (le dos semanas, y que le representa como un conjunto débil de carácter y demasiado condicionado por el rendimiento de sus dos norteamericanos.Venció el ...

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F-7studiantes y CAI Zaragoza cumplieron con pulcritud los papeles que tenían asignados y pocas cosas se saltaron de un guión escrito hace bastante tiempo y al que se aferran con inusitada fidelidad. El Estudiantes persiste en mantener su inconfudible estilo de juego, que se caracteriza básicamente por sus radicales variaciones en intensidad, concentración y acierto. El CAI Zaragoza ratificó la imagen que dio en este mismo escenario hace menos (le dos semanas, y que le representa como un conjunto débil de carácter y demasiado condicionado por el rendimiento de sus dos norteamericanos.Venció el Estudiantes porque jugó mejor la parte decisiva del partido -la prórroga-, en donde supo poner la pelota en manos de su hombre más activo y decisivo, John Pinone. Antes, sus rachas, tanto positivas como negativas, definieron las diferencias en el marcador y, como ocurrió frente al Real Madrid, el CAI dio la impresión de no influir para nada en los vaivenes que registraba el electrónico. Cuando el Estudiantes lograba materializar sus distintas opciones, definidas en los tiros de Herreros, la constante demostración de inteligencia y saber estar de Pinone, la evidente mejora técnica de Orenga y los esporádicos estallidos de felina potencia por parte de Winslow, la ventaja para los colegiales aumentaba. Cuando parecía que el partido se podía romper, el descontrol se apoderaba de ellos, y el CAI, casi sin querer y con Magee de habitual puntillero, volvía a dar vida al encuentro.

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