Atrapados en Aqaba

ENVIADA ESPECIAL"Hace siete días que salí de Kuwait. Todos mis ahorros quedaron allí. Los 2.000 kilómetros de viaje han sido un infierno de colas, calor y esperas interminables". A este egipcio que relata su odisea para huir del peligro de guerra y volver a casa aún le falta lo peor: salir de Aqaba, el único puerto jordano, escenario es tos días de un caos indescriptible. Miles y miles de extranjeros, sobre todo egipcios, se agolpan -por encima de cualquier intento de ordenar la avalancha- para subir a uno de los pocos barcos que pueden zarpar rumbo a casa y al fin de la pesadilla.

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ENVIADA ESPECIAL"Hace siete días que salí de Kuwait. Todos mis ahorros quedaron allí. Los 2.000 kilómetros de viaje han sido un infierno de colas, calor y esperas interminables". A este egipcio que relata su odisea para huir del peligro de guerra y volver a casa aún le falta lo peor: salir de Aqaba, el único puerto jordano, escenario es tos días de un caos indescriptible. Miles y miles de extranjeros, sobre todo egipcios, se agolpan -por encima de cualquier intento de ordenar la avalancha- para subir a uno de los pocos barcos que pueden zarpar rumbo a casa y al fin de la pesadilla.

La policía jordana, absolutamente desbordada, pierde los nervios con frecuencia practica numerosas detenciones y, cuando eso no basta golpea sin piedad.

Más información

El rey Hussein ha pedido a Irak que limite la salida de los extranjeros para evitar el estrangulamiento irremediable de Jordania, un país de tan sólo tres millones de habitantes, incapaz de asumir la llegada masiva de refugiados.

Para Aqaba este caos complica una situación ya de por sí difícil al languidecer, su activo puerto a causa del embargo contra Irak.

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