El equipo de Clemente ganó al de Gil

Javier Clemente resolvió anoche con éxito su primer enfrentamiento con su ex equipo, el Atlético de Madrid, que se estrelló ante el dispositivo táctico del técnico bilbaíno, quien conoce casi mejor que nadie las cualidades del conjunto madrileño, por mucho que Peiró se empeñe en introducir nuevos esquemas.El Athletic demostró, sobre el césped del Colombino, una mayor rapidez que su rival y, sobre todo, una conjunción entre sus líneas impropia de un equipo en plena reconversión y a estas alturas de la pretemporada. El Athletic, que comenzó cediendo la iniciativa del juego a su rival, lo inco...

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Javier Clemente resolvió anoche con éxito su primer enfrentamiento con su ex equipo, el Atlético de Madrid, que se estrelló ante el dispositivo táctico del técnico bilbaíno, quien conoce casi mejor que nadie las cualidades del conjunto madrileño, por mucho que Peiró se empeñe en introducir nuevos esquemas.El Athletic demostró, sobre el césped del Colombino, una mayor rapidez que su rival y, sobre todo, una conjunción entre sus líneas impropia de un equipo en plena reconversión y a estas alturas de la pretemporada. El Athletic, que comenzó cediendo la iniciativa del juego a su rival, lo incomodó hasta tal punto que acabó dominándolo y jugándole casi a placer. Sólo la afortunada intervención de Abel a lo largo de todo el encuentro impidió una victoria más abultada del Athletic, que finalizó el encuentro ovacionado por un público que al final prefirió la seducción del fútbol de alta escuela a la de la teatralidad de Jesús Gil, por la que parecía haberse inclinado en los prolegómenos.

El juego del Athletic de Bilbao fue fiel a los cánones de su entrenador. Disciplina defensiva y presing en el centro del campo para buscar los contragolpes. La labor en esta ocasión se vio favorecida por la endeblez defensiva del Atlético de Madrid, que perdió un sinfín de balones ante los delanteros bilbaínos.

Las dificultades del Atlético para sacar el balón de su zona defensiva privaron a los madrileños de la capacidad ofensiva que, en teoría, según la alineación oficial, parecía temible. Donato fracasó con estrépito en las labores de enlace y acabó perdiéndose en un terreno de nadie, sin ejercer ni de líbero, ni de medio tapón, ni de volante derecho, y tal vez demasiado preocupado por la presencia de Garitano y la velocidad de los contragolpes bilbaínos.

El espectáculo lo pusieron en esta ocasión Valverde y Luke, cuya movilidad fue otra de las claves del triunfo bilbaíno, y a cuyo éxito contribuyó la labor de dirección ejercida por Villabona.

El balance ofensivo del Atlético se. redujo a un trallazo de Rodax desde fuera del área que se estrelló en el larguero y al lanzamiento de un penalti por parte de Baltazar que Iru rechazó a córner. Por lo demás, sólo el empuje desordenado propio del equipo que debe remontar un partido en los minutos finales.

El Athletic se vio privado de una victoria más amplia merced a la afortunada labor de Abel y a la desafortunada intervención de un juez de línea que vio fuera de juego cuando no lo había en una jugada en la que Garitano consiguió batir la portería atlética. Tampoco Valderde acertó con la portería en el lanzamiento de un penalti cometido por Tomás sobre Luke.

El Athletic disputará esta noche la final del Colombino frente al Recreativo, rompiendo así los pronósticos que apuntaban una final Atlético-Betis.

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