Un anciano muere arrollado en la M-30

José Cipriano Fernández Calleja, jubilado de 70 años, murió ayer atropellado en la M-30 por una furgoneta de unos músicos que se dirigían a actuar a Córdoba. Según los jardineros que mantienen los espacios verdes de la autovía, el anciano paseaba a menudo por esta peligrosa área.Ayer, a menos de un kilómetro del lugar del siniestro, y en las cercanías del tanatorio una anciana con bastón caminaba tranquilamente por el arcén de la carretera más transitada de Madrid. Según datos de la Policía Municipal, en la capital se produce una media de dos atropellos de peatones al día.

El accidente ...

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José Cipriano Fernández Calleja, jubilado de 70 años, murió ayer atropellado en la M-30 por una furgoneta de unos músicos que se dirigían a actuar a Córdoba. Según los jardineros que mantienen los espacios verdes de la autovía, el anciano paseaba a menudo por esta peligrosa área.Ayer, a menos de un kilómetro del lugar del siniestro, y en las cercanías del tanatorio una anciana con bastón caminaba tranquilamente por el arcén de la carretera más transitada de Madrid. Según datos de la Policía Municipal, en la capital se produce una media de dos atropellos de peatones al día.

El accidente de José Cipriano Fernández, que ocurrió a las once de la mañana justo debajo del puente de la carretera de Barcelona, ocasionó retenciones del tráfico en el sentido sur durante una hora. Uno de los ocupantes de la furgoneta, que arrastró el cuerpo del anciano varios metros, manifestó que no les había dado tiempo a reaccionar y se mostró sorprendidos por el hecho de que el hombre se encontrara en una zona vedada para los peatones. Según la versión de otro de los integrantes de la banda de músicos, el anciano cruzaba la carretera a trompicones, abrumado por los bocinazos de los conductores.

La razón por la cual el anciano solía pasear por la autovía -donde en 1988 se produjeron 870 accidentes, de un total en toda la ciudad de 11.722- era ayer un misterio. Los jardineros manifestaron que creían recordar que el médico le había aconsejado caminar todos los días para mejorar de sus dolencias, "y decía que llegaba hasta Vallecas". El jubilado llevaba zapatillas de deporte.

Por otra parte, tres ciudadanos que esperaban un autobús en la plaza de la Independencia de Madrid resultaron heridos ayer al caer sobre ellos la marquesina, derribada por la maniobra de marcha atrás de un autobús municipal.

Uno de ellos, Francisca González de la Vega, permanecía ayer en el hospital Ramón y Cajal.

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