El PSOE desata la batalla por controlar las siglas de Democracia Socialista
El anuncio de que el PSOE está dispuesto a autorizar el funcionamiento de la corriente interna de opinión Democracia Socialista ha sido interpretado por miembros del partido inscrito con ese nombre por Ricardo García Damborenea como "una maniobra más" para obstaculizar el desarrollo de la nueva formación política, que pretende estrenarse en las elecciones andaluzas del 23 de junio.
Los tres miembros de la corriente creada por García Damborenea y que no le siguieron en su abandono del PSOE, tras ser suspendido de militancia por dos años, reiteraron ayer su decisión de pelear legalmente p...
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El anuncio de que el PSOE está dispuesto a autorizar el funcionamiento de la corriente interna de opinión Democracia Socialista ha sido interpretado por miembros del partido inscrito con ese nombre por Ricardo García Damborenea como "una maniobra más" para obstaculizar el desarrollo de la nueva formación política, que pretende estrenarse en las elecciones andaluzas del 23 de junio.
Los tres miembros de la corriente creada por García Damborenea y que no le siguieron en su abandono del PSOE, tras ser suspendido de militancia por dos años, reiteraron ayer su decisión de pelear legalmente por la propiedad de las siglas de Democracia Socialista (DS). El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, comunicó a los representantes de la denominada "coordinadora de emergencia de DS" que no hay inconveniente para autorizar la corriente -con Izquierda Socialista, la segunda existente en el PSOE- si ésta ajusta su actuación a los estatutos federales. El anuncio de Benegas se produce diez días después de que 17 de los 20 miembros de la coordinadora nacional de la corriente de opinión decidieran disolverla y crear un partido político con el mismo nombre y programa, en respuesta a la fuerte sanción impuesta por la ejecutiva del PSOE a su inspirador, el ex dirigente socialista de Vizcaya Ricardo García Damborenea.La luz verde a DS, que habrá de ser ratificada oficialmente por la ejecutiva federal, se ha demorado mes y medio desde que sus promotores modificaran a finales de marzo las normas de funcionamiento originales, que habían sido rechazadas por la dirección socialista por considerar que definían la creación de "un partido dentro del partido".