GENTE

José Antonio Camacho

El adiós del espírítu blanco

El primer día que José Antonio Camacho fue concentrado con el equipo estrella del Real Madrid buscó refugio entre los veteranos Pirri, Benito y Del Bosque. Con ellos compartió su primer almuerzo y para hacerse agradable decidió aliñar y mover la ensalada. "Oye, niño, ¿quién te ha dicho que hagas eso? ¡Caray, cómo vienen de descarados los jovencitos de ahora!", le increparon sus nuevos compañeros en tono de broma. Ahora, después de 16 años en el Real Madrid, Camacho es algo más que el ex capitán del equipo y el jugador español que en más ocasiones ha vestido la camiseta nacional. El es para tod...

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El primer día que José Antonio Camacho fue concentrado con el equipo estrella del Real Madrid buscó refugio entre los veteranos Pirri, Benito y Del Bosque. Con ellos compartió su primer almuerzo y para hacerse agradable decidió aliñar y mover la ensalada. "Oye, niño, ¿quién te ha dicho que hagas eso? ¡Caray, cómo vienen de descarados los jovencitos de ahora!", le increparon sus nuevos compañeros en tono de broma. Ahora, después de 16 años en el Real Madrid, Camacho es algo más que el ex capitán del equipo y el jugador español que en más ocasiones ha vestido la camiseta nacional. El es para todos el espíritu blanco.Camacho quiere que la íornada de hoy, en la que va a ser homenajeado por sus compañeros y por sus fieles seguidores, pase cuanto antes. Estas cosas le agobian porque él es un hombre sencillo y modesto. Por eso, aunque hoy sentirá una gran emoción cuando salte al terreno de juego del estadio Santiago Bernabéu, y también algo de vergüenza, siempre recordará lo que allí suceda: "Este será uno de los días más importantes de mi vida". Vendrán para estar con él sus familiares desde Cieza (Murcia), donde nació hace 34 años, y sus amigos de Albacete, ciudad en la que comenzó su carrera futbolística.

Ayer, en la ciudad deportiva del Real Madrid, se entrenó por última vez con sus compañeros y durante algunos minutos recordaron las mil y una anécdotas que han vivido juntos en estos años, los días de triunfo y también los de tristeza.

La suerte, que a veces le dio la espalda y que le llevó a sufrir graves lesiones, le ha acompañado en cambio en su hora del adiós. Camacho va a ver reunidas durante unas horas las dos etapas que él considera más importantes de su carrera, o, lo que es lo mismo, sus grandes enemigos deportivos, el Barcelona y el Milan.

Primero serán los veteranos del Barça y los del Madrid los que recordarán a todos el fútbol de antes. Luego el Madrid se las verá de nuevo con su ogro, el Milan. José Antonio Camacho, que no ha perdido la forma física, jugará algunos minutos de los dos partidos, aunque se sentirá especialmente motivado ante el Milan de Silvio Berlusconi, el equipo que le ha impedido lograr el más preciado galardón para cualquier futbolista, ganar la Copa de Europa.

Pero, luego, en la intimidad del vestuario blanco, en el que él ha sido una pieza clave, recibirá otro homenaje, quizá el más emocionado, el que le ofrecerán sus compañeros. Nadie ha querido explicar en qué consistirá. Es un secreto celosamente guardado. Lo que nadie duda es que Camacho responderá, como siempre, con sus gritos de guerra, esos que siempre pronuncia y seguirá pronunciando, aunque ya no esté en el equipo, en los momentos decisivos, ante partidos clave: "¡Vamos a por ellos! ¡No podrán con nosotros, porque nosotros somos el Madrid, un equipo campeón!".

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