El Barcelona utilizó al Estudiantes como terapia

El Barcelona vengó ayer en el Palacio de los Deportes su derrota frente al Estudiantes en el Palau, el pasado martes, y lo hizo apelando a un argumento que pocas veces ha podido utilizar en esta Liga: tiene mejor equipo y juega al baloncesto mejor que casi todos sus rivales. La formación que presentó Aíto, tras una larga racha de lesiones, se parece por fin a la ideal, y el Estudiantes pagó las consecuencias.El Barcelona comenzó el encuentro marcando al hombre, con dos bajitos, Solozábal y Costa, una persecución implacable de Thompson a Winslow, Jiménez de poste bajo y Ferrán como intim...

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El Barcelona vengó ayer en el Palacio de los Deportes su derrota frente al Estudiantes en el Palau, el pasado martes, y lo hizo apelando a un argumento que pocas veces ha podido utilizar en esta Liga: tiene mejor equipo y juega al baloncesto mejor que casi todos sus rivales. La formación que presentó Aíto, tras una larga racha de lesiones, se parece por fin a la ideal, y el Estudiantes pagó las consecuencias.El Barcelona comenzó el encuentro marcando al hombre, con dos bajitos, Solozábal y Costa, una persecución implacable de Thompson a Winslow, Jiménez de poste bajo y Ferrán como intimidador. El resultado fue que Thompson compensó las aportaciones de Winslow y el Barcelona se impuso en los otros cuatro emparejamientos.

En seis minutos, el marcador era de 6-20. El Estudiantes tomó conciencia de que jugaba contra el actual campeón, y se retiró al descanso con un nada esperanzador 31-48.

El único recurso posible para los madrileños era desempolvar su habitual guerra de guerrillas, romper el ritmo del encuentro y hacer que el Barcelona perdiera su impecable selección de tiro. Lo consiguió durante algunos minutos de la reanudación. El Barcelona quedó aturdido y su juego rítmico e inapelable se confundió entre las alocadas carreras de losmadrileños y los combates despiadados en la zona. El caos no cesó hasta que Aíto, en vista de que los de casa se acercaban (45-55), llamó a los suyos a capítulo.

La reacción estudiantil se consumió entonces en el breve lapso que dura un tiempo muerto. A la salida del mismo, Solozábal y Epi manejaban de nuevo el encuentro con criterio: aplicaron el contragolpe sólo cuando la ventaja numérica ¡o aconsejó y apuraron los treinta segundos de los ataques estáticos en caso contrario.

Las zonas seguían siendo un hervidero de golpes, pero el Barça había cambiado su orden de prioridades y se dedicó a encestar antes que a pelear, de manera que el encuentro volvió a los cauces habituales, el Barcelona amplió las distancias y sólo las acciones individuales de Winslow mantuvieron el pabellón estudiantil.

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