Crítica:CINE EN T. V. E.

Hombre de leyes, cineasta de ley

En menos de dos años (1939 y 1940), John Ford realizó, inmediatamente después de La diligencia, tres películas con Henry Fonda de protagonista: El joven Lincoln, Corazones indomables y Las uvas de la ira. Corazones indomables, excelente, nunca ha sido considerada más allá del despectivo "'una de indios".Las otras dos no se estrenaron en su momento, las descubrimos por televisión, y, más tarde, en 1983, en las pantallas grandes, dentro del ciclo, magnífico ciclo, de la, Fox Amar el cine. De veras Las uvas de la ira la amó el público, o amó ese espíritu que tantos año...

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En menos de dos años (1939 y 1940), John Ford realizó, inmediatamente después de La diligencia, tres películas con Henry Fonda de protagonista: El joven Lincoln, Corazones indomables y Las uvas de la ira. Corazones indomables, excelente, nunca ha sido considerada más allá del despectivo "'una de indios".Las otras dos no se estrenaron en su momento, las descubrimos por televisión, y, más tarde, en 1983, en las pantallas grandes, dentro del ciclo, magnífico ciclo, de la, Fox Amar el cine. De veras Las uvas de la ira la amó el público, o amó ese espíritu que tantos años la mantuvo alejada de los caminos trazados por el centinela.

Pero, El joven Lincoln no parece haberla amado más que el cinéfilo, el irredento fordiano, el luchador con causa. Una prueba más del error de la humanidad: un millón de moscas sí puede equivocarse, y 100 millones.

El joven Lincoln se emite por TVE-2 a la una de la madrugada

Un filme Cineplex-Odeón.Producción: Carvallo, Ruffalo y Fargnoli. Imágenes: Peter Sinclair. Dirección y canciones: Prince, Intérpretes: Prince, Cat, Bonnie Boyer. Estreno en Madrid, en versión original: Cine Dúplex.

Quien no se equivocó fue el director John Ford al construir un filme limpio, brillante y lustroso, un emocionante canto a sus temas predilectos, como la integridad, el amor, la honradez o la familia, contemplados todos desde la atalaya de la sencillez, la claridad expositiva y un singular talento para hacer brotar humor de las cosas más mínimas y las gentes más humildes (¡esos secundarios!), y para las más atrevidas y poéticas elipsis, verbigracia la muerte de la chica, registrada magistralmente a través de dos imágenes que enlazan el río en sus dos estaciones con su tumba.

Tenolero

De Lincoln en este película vemos sólo sus dos años mozos, de joven hijo de tendero a sagaz hombre de leyes. Pero Ford lo mima ("se trataba de dar la sensación de que incluso de joven se podía apreciar que en este hombre había algo grande", le diría a Bogdanovich en célebre entrevista), aunque en ningún momento asome su oreja el biopic convencional. La humanidad, el equilibrio, la parsimonia de Fonda, qué duda cabe, contribuyen al feliz resultado de esta incuestionable obra maestra.

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