Crítica:CINE EN TELEMADRID

Realidad y ficción

Blow-up está considerada la película más rica, inteligente y bella de Antonioni. Arrancada de un argumento de Julio Cortázar, sustituyó toda la narración literaria por el significado icónico que transmite la imagen fotográfica. El protagonista, un fotógrafo de moda, se convierte en único testigo de su propia irrealidad; a través de su trabajo manipula, construye, crea pero su fantasmagórico mundo es un símbolo de incomunicación.Su cámara es medio catalizador del entorno, pero un objeto con entidad, algo que ha superado su propia identidad personal. Sólo cuando descubre que la cámara ha ...

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Blow-up está considerada la película más rica, inteligente y bella de Antonioni. Arrancada de un argumento de Julio Cortázar, sustituyó toda la narración literaria por el significado icónico que transmite la imagen fotográfica. El protagonista, un fotógrafo de moda, se convierte en único testigo de su propia irrealidad; a través de su trabajo manipula, construye, crea pero su fantasmagórico mundo es un símbolo de incomunicación.Su cámara es medio catalizador del entorno, pero un objeto con entidad, algo que ha superado su propia identidad personal. Sólo cuando descubre que la cámara ha captado las posibles claves de un asesinato se percata de que la realidad está en frente.

Lo descubre en el blow-up (ampliación, momento en que el proceso de la fotografía emerge lo real captado). Esta imagen ampliada es lo único que pertenece a una realidad, la única posibilidad de su objetivación. Lo demás es falso. La historia de amor, la intriga policiaca. Irrealidades tan inexistentes como la pelota de tenis invisible. La realidad de la película está en la ampliación de una imagen. El juego de ficción-realidad, de hombre-cámara-entorno, dan a la película una dimensión pirandelliana que convierte el proceso de conocimiento, la constatación de la realidad existencial del individuo en una cuestión de formas y estructuras.

Blow-up se emite a las 22

15 por TM-3.

En este sentido Blow-up es una película fría, puede resultar distante al espectador y marca un giro en la obra de Antonioni. Consciente de sus propósitos de ruptura con su anterior cine, eligió el escenario londinense como escenario ideal para un argumento propio de la problemática de la sociedad posindustrial.

Antonioni no es ajeno a sus intenciones de transmitir los signos de una nueva cultura: la ausencia de moral, los decorados psicodélicos y la inclusión de parafernalia hippy son claros símbolos de su apuesta por la nueva cultura ¡cónica. La película es su primer filme en el extranjero, con actrices no habituales; la elección de Vanessa Redgrave, Sarah Milles y la modelo Veroushka (que se interpreta a sí misma) es otro síntoma claro de sus intenciones.

Nada se puede objetar, todo concuerda en esta invitación de Antonioni al espectador para convertirse en intérprete de sus densos planteamientos propios de su inquietud en los años sesenta. Presupuestos que el espectador posiblemente haya superado.

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