El Tenerife no planteó problemas al Barça

El Barcelona aprovechó la jornada de reflexión para entrenarse con vistas a la cita del próximo miércoles. Goleó al tercero de los tres equipos recién ascendidos a Primera División que han pasado por el Camp Nou y consiguió la cifra mágica, el 3, necesaria para eliminar al Anderlecht. Es decir, que el técnico azulgrana Johan Cruyff podía haberse ahorrado sus amenazantes y absurdas declaraciones previas al encuentro, en las que aseguraba que estaba dispuesto a multar a más componentes de la plantilla por un supuesto bajo rendimiento. Anoche, sobre el maltrecho césped del estadio azulgrana que s...

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El Barcelona aprovechó la jornada de reflexión para entrenarse con vistas a la cita del próximo miércoles. Goleó al tercero de los tres equipos recién ascendidos a Primera División que han pasado por el Camp Nou y consiguió la cifra mágica, el 3, necesaria para eliminar al Anderlecht. Es decir, que el técnico azulgrana Johan Cruyff podía haberse ahorrado sus amenazantes y absurdas declaraciones previas al encuentro, en las que aseguraba que estaba dispuesto a multar a más componentes de la plantilla por un supuesto bajo rendimiento. Anoche, sobre el maltrecho césped del estadio azulgrana que su directiva se empeña en ampliar, nadie regateó el esfuerzo. Todo el mundo cumplió y el único que no sudó la camiseta fue el guardameta Zubizarreta, que apenas fue inquietado a lo largo de todo el encuentro.Y es que el Tenerife, tras 27 años de ausencia, volvió al Camp Nou con el miedo escénico metido en el cuerpo, del que también se contagió su técnico, el siempre serio y elegante Vicente Miera. No obstante, el técnico del conjunto tinerfeño fue honrado porque con anterioridad ya había advertido a todo el mundo que no entraba en sus planes puntuar. Quizá por esa falta de confianza en las capacidad creativa de sus hombres confeccionó un equipo de corte ultradefensivo, que no le sirvió para nada. Simplemente para prolongar su agonía que, inexorablemente, le llevó a la muerte deportiva.

Sin historia

El partido no tuvo historia. Se jugó siempre en campo del Tenerife y un reflejo de esa circunstancia fue el estado del césped al finalizar los primeros 45 minutos: pisoteada hasta la máxima expresión -llovió unas horas antes del encuentro- el área del conjunto tinerfeño e inmaculada la azulgrana.

Pero a pesar del dominio abrumador al Barcelona le costó marcar. Bastó que Laudrup se moviera por la banda izquierda para que el Tenerife se viniera abajo definitivamente. El danés intervino en las jugadas de dos de los goles. Pero el miércoles Laudrup no podrá jugar.

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