Entrevista:LA BATALLA POR EL VOTO

Roca: "CiU no apoyaría hoy una mayoría de centro-derecha"

El candidato nacionalista se compromete a garantizar la estabilidad parlamentaria si el PSOE pierde la mayoría absoluta

P. Usted ha hecho una oferta para garantizar la estabilidad parlamentaria en el caso de que los socialistas pierdan la mayoría absoluta. ¿En qué términos debe entenderse este compromiso?R. Nuestra oferta es una respuesta a Felipe González cuando dice que, si el PSOE no logra la mayoría absoluta, no está garantizada la estabilidad institucional. Eso no es verdad. CiU garantiza que no aprovechará de forma frívola la inexistencia de mayoría absoluta para poner palos absurdos en las ruedas. Tenemos credibilidad en este aspecto porque ya lo hemos hecho cuando el PSOE ha contado con la...

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P. Usted ha hecho una oferta para garantizar la estabilidad parlamentaria en el caso de que los socialistas pierdan la mayoría absoluta. ¿En qué términos debe entenderse este compromiso?R. Nuestra oferta es una respuesta a Felipe González cuando dice que, si el PSOE no logra la mayoría absoluta, no está garantizada la estabilidad institucional. Eso no es verdad. CiU garantiza que no aprovechará de forma frívola la inexistencia de mayoría absoluta para poner palos absurdos en las ruedas. Tenemos credibilidad en este aspecto porque ya lo hemos hecho cuando el PSOE ha contado con la mayoría absoluta y porque entre 1977 y 1981 [con UCD] también garantizamos la estabilidad sin participar en el Gobierno.

P. En la hipótesis de que los socialistas perdieran la mayoría absoluta. ¿Qué cuestiones serían irrenunciables para CiU si tuviera oportunidad de negociar un programa de gobierno?.

R. En primer lugar, la reorientación de la política económica que estimule el ahorro y la inversión y que reduzca la presión fiscal, con la voluntad de incrementar la base tributarla. Segundo: establecer un equilibrio presupuestario, no recurriendo a la austeridad, sino basado en gastar sólo aquello que ingresamos, para evitar consecuencias negativas para la financiación de la deuda pública y los tipos de interés. Tercero: La reforma del Se nado y la del sistema de financiación de las autonomías, y terminar el despliegue estatutario en las restantes comunidades autonómas. Aquí apoyaremos la reforma de los estatutos de aquellas comunidades que lo propongan. Cuarto: Una política de redistribución social de la renta. El Gobierno ha sido bastante insensible al crecimiento de las bolsas de marginación y hay que recordar que en el campo de las pensiones mínimas estamos muy cerca de la marginación. Resolver esto no supone ningún desbarajuste presupuestario. Quinto: Revisar el sistema educativo, un punto en el que creo que podemos entendernos fácilmente con los socialistas. Y por último, debemos potenciar, la sociedad civil. Aquí sí puede haber una fuerte discrepancia con el PSOE. Apostar por la sociedad civil quiere decir: abordar el tratamiento .fiscal de la ley del mecenazgo, de las fundaciones, o para las entidades privadas que realizan actividades diversas. Todas las demás cuestiones pueden ser objeto de transacción.

La derecha española

P. En enero, tras el congreso de CDC, usted dijo que aún no era posible opinar sobre la refundación del Partido Popular. ¿Tiene suficientes elementos ahora?. Si el resultado electoral diera posibilidades aritméticas de formar una mayoría sin el PSOE, ¿CiU apostaría por ello?.

R. Aznar ha imprimido un nuevo estilo en el planteamiento clásico de la derecha española. Posiciones sobre el aborto o sobre la ¡legalización de Herri Batasuna demuestran otro estilo. Queremos comprobar, sin embargo, si esto es fruto sólo de una estrategia electoral o si se consolida. Creo que es bueno que la derecha española tenga una imagen más centrada y europea.

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P. Pero, CiU ¿apostaría, si tuviera posibilidad, por formar una mayoría alternativa a la socialista con las fuerzas de centro-derecha que hoy existen?

R. Con toda contundencia: en sus manifestaciones actuales, no. En la evolución posterior, ojalá. Hay muchas cosas que nos separan. Hoy por hoy, el PP no puede presentar un bagaje de credibilidad autonómica. El modelo económico del CDS es muy indefinido... Nuestro mensaje no encuentra socios identificables en la política española.

P. La Operación Reformista de 1986 fue un fracaso pero en Cataluña permitió a CiU arrancar 150.000 votos a AP ya que un buen número de electores conservadores vieron en el Partido Reformista una opción con posibilidades frente al socialismo.

R. Nosotros arrancamos tantos votos a AP como a los socialistas [AP perdió dos diputados, el PSC cuatro y CiU ganó seis]. Es erróneo el análisis de que CiU crece a costa de la derecha. Crecemos también gracias al voto catalanista de los socialistas.

P. Qué garantías tiene el elector conservador no nacionalista de que su voto a CiU sirve para apoyar una opción de centro con voluntad de gobierno en España y de que no será utilizado para reforzar una política nacionalista radical en la que caben declaraciones como las del conseller de Agricultura, Josep Miró Ardévol, que asegura que "Madrid está expoliando económicamente a Cataluña".

R. Siempre hay lenguajes diferentes. El senador Bolín [detendio en Gibraltar y acusado de tráfico de droga] también era del PP y seguro que decía cosas en los mitines.... No se nos tiene que juzgar por las palabras de uno u otro sino por nuestra actuación en la política de Estado. Yo soy coherente y digo lo mismo hoy que en 1986. Mientras yo sea secretario general, mi partido apoyará lo que estoy haciendo.

P. ¿Tiene garantías el elector conservador de que usted no utilizará la fuerza de su voto para plantear la reforma del Estatut con la que tantas veces amenaza su partido?.

R. La fuerza la utilizaremos para que se cumpla el Estatut. En el congreso de Convergència, frente a tesis que defendían la reforma del Estatut, el partido se inclinó por el no a la reforma.

P. CiU ha manifestado reiteradamente que compartía las líneas generales de la política económica del Gobierno. Sin embargo, durante la campaña electoral usted ha dicho que esa política económica "ha quebrado".

R. Los socialistas han administrado bien la etapa de la reconversión y el saneamiento, pero no han sabido hacerlo durante la etapa del crecimiento. Hace tiempo que les decimos que no puede lucharse contra la inflación sólo con política monetaria. La peseta ha entrado en el Sistema Monetario Europeo sin que se adoptaran medidas monetarias y fiscales. Ello ha provocado la apreciación excesiva de la peseta, que perjudica nuestras exportaciones. Yo no puedo compartir estos errores. Su modelo económico se ha agotado.

Desconfianza

P. Las relaciones entre el PSOE y CiU y entre el Gobierno central y el autonómico suelen aparecer como conflictivas. Sin embargo, sus grupos parlamentarios han votado muchas leyes de forma conjunta en las Cortes y numerosos conflictos entre administraciones han salido adelante.

R. Desde el punto de vista de las relaciones Gobierno-Generalitat puede decirse que han sido fluídas pero con escasos resultados. La Comisión de Cooperación funciona, pero la parte del Gobierno tiene poca autoridad porque los ministerios no ratifican acuerdos de la comisión. A menudo se cree que los problemas entre el Gobierno central y el catalán son los grandes temas, como la ley de Costas, pero lo que más nos preocupa son los problemas pequeños. Un ejemplo: el Gobierno central ha presentado recientemente un requerimiento de incompetencia porque la Generalitat ha pedido que las planchas de surf incorporen un pequeño equipo de salvamento, y nos han dicho que esto altera la igualdad de derechos de todos los españoles. Estos problemas son constantes. Para nosotros el gran problema con la Administración central está en la superposición de prestaciones, en los requerimientos por nimiedades, en las desconfianzas. La autonomía durante los primeros años era la delimitación y transferencia de competencias, ahora es el ejercicio de esas competencias. Lo importante no es que coincidamos en el modelo de Estado, sino en que nos entendamos en las cosas prácticas.

Los buenos amigos del PRD

P. Usted manifestó poco antes de las elecciones de junio de 1986, en una entrevista a EL PAÍS, que, en caso de fracaso de la operación reformista, el PRD no se disolvería porque era una estructura muy consolidada. Sin embargo, en septiembre de ese mismo año, tres meses después del fracaso electoral, se tiene constancia de la última reunión de la ejecutiva del partido. Con la facilidad con que se diluyó el proyecto ¿no ha Negado a pensar que su alternativa contaba con bases humanas y políticas muy débiles?.R. Aunque fuera verdad -que no lo es- no se lo reconocería, porque sólo tengo motivos de agradecimiento para la gente que me ayudó. La responsabilidad de todo la asumí yo. Aún ahora me reúno periódicamente con lo que podríamos llamar el comité ejecutivo reformista de toda España, y mantenemos una buena relación de amistad. Ninguno de ellos se ha pasado a ningún partido. Están a la espera de ver qué pasará en el futuro. En cada elección colaboran con nostros. De todo aquello ha quedado una muy buena relación humana. El PRD no pudo ganar pero ha sabido administrar muy bien la derrota. No hubo recriminaciones para nadie, no hubo fricciones ni enfrentamientos. Ha sido una actitud muy ejemplar, muy fiel y muy amistosa. Ya que hablamos de reformismo quiero insistir en una cuestión: ¿Quién debe hacer la reflexión sobre aquel fracaso? ¿Cataluña o el resto de España? ¿Es bueno para la sociedad española que aquello que en Cataluña tiene atractivo no lo tenga en el resto de España? ¿Sería bueno para España que el catalanismo político estuviera representado en las tareas de gobierno? ¿Sería integrador? ¿Sería un hecho revolucionario, desde el punto de vista de la integración de España?

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