El Valencia consiguió un positivo en San Mamés

Athlétic y Valencia se afanaron ayer a tareas bien dispares. El Athlétic imprimió ritmo de Juegos Olímpicos a sus acciones y puso el balón a saltar la pértiga. El Valencia, más remilgado, se dispuso a experimentar un acentuado placer en el sobeo de la pelota. Quizá por ello el balón, en el minuto 50, quedó hecho un guiñado tras el enésimo pelotazo.Pero el partido ofreció vibraciones singulares. Ochotorena voló entre los tres palos en tres ocasiones sacando de quicio al público de San Mamés. Biurrun sacó de quicio a Fernando y al Valencia al detener el penalti que Txirri cometió con ingenuidad ...

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Athlétic y Valencia se afanaron ayer a tareas bien dispares. El Athlétic imprimió ritmo de Juegos Olímpicos a sus acciones y puso el balón a saltar la pértiga. El Valencia, más remilgado, se dispuso a experimentar un acentuado placer en el sobeo de la pelota. Quizá por ello el balón, en el minuto 50, quedó hecho un guiñado tras el enésimo pelotazo.Pero el partido ofreció vibraciones singulares. Ochotorena voló entre los tres palos en tres ocasiones sacando de quicio al público de San Mamés. Biurrun sacó de quicio a Fernando y al Valencia al detener el penalti que Txirri cometió con ingenuidad colegial. Nando y Luis Fernando libraron un duelo particular en el que ambos salieron ganando ofensivamente y perdiendo en las tareas defensivas.

Pero el fútbol, tecnificado hasta la saciedad, está hecho para gloria o deshonor de los matadores. Y en esa suerte, Uralde recibió pitos, avisos y desesperaciones después de tres pinchazos esplendorosos. Precisamente cuando mejor hilvanó su fútbol el Athlétic, cuando el ritmo era infernal, Uralde puso el jarro de agua fría que devolvía el deseo de vencer a la cruda realidad de las debilidades ofensivas rojiblancas. Sin quererlo el veterano goleador tapaba los múltiples huecos de la defensa valenciana.

El Valencia afrontó el partido con vocación ofensiva. Sus tres torres centrales pretendían bastarse para frenar al Athlétic en el ataque y en esa faceta cometió sus mayores errores. Pronto encontraron los rojiblancos el camino del gol por las bandas, sacando de su sitio a los centrales y abriendo muchos huecos en la defensa valenciana. Sin embargo, marcó el Valencia por esa obsesión infantil de encerrarse en el área. Repitió error el Valencia y entonces marcó el Athlétic.

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