GENTE

Bobby Fischer

17 años de misterio

Sus escasos amigos tienen que llamarle a un teléfono público a una hora previamente acordada con su secretaria. Desde que ganó el título mundial de ajedrez, en 1972, el estadounidense Bobby Fischer ha vivido enclaustrado, sin jugar torneos y sin conceder entrevistas. Muchos le calificaron como "el mejor de todos los tiempos", pero su histórico récord de 2.785 puntos en la clasificación internacional fue batido el lunes por el soviético Gari Kasparov, actual campeón, que ahora tiene 2.795.Los 2.800 puntos son una barrera casi insalvable; algo parecido a los nueve metros en salto de longitud. Fi...

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Sus escasos amigos tienen que llamarle a un teléfono público a una hora previamente acordada con su secretaria. Desde que ganó el título mundial de ajedrez, en 1972, el estadounidense Bobby Fischer ha vivido enclaustrado, sin jugar torneos y sin conceder entrevistas. Muchos le calificaron como "el mejor de todos los tiempos", pero su histórico récord de 2.785 puntos en la clasificación internacional fue batido el lunes por el soviético Gari Kasparov, actual campeón, que ahora tiene 2.795.Los 2.800 puntos son una barrera casi insalvable; algo parecido a los nueve metros en salto de longitud. Fischer se convirtió en el Bob Beamon del tablero al lograr su marca unos meses antes de romper la hegemonía soviética. Fischer, cuyo coeficiente intelectual es superior al que tenía Einstein, renunció a defender el título en 1975 frente al soviético Anatoli Karpov en Filipinas, a pesar de que el dictador Ferdinand Marcos ofreció 300 millones de pesetas para el ganador y 200 millones para el perdedor.

Aparentemente, su retirada se debió a desavenencias con la Federación Internacional de Ajedrez (Fide), aunque debe tenerse en cuenta que fue educado para ser campeón del mundo venciendo a los invencibles soviéticos tras abandonar prematuramente la escuela. Una vez logrado su objetivo, tenía poco que ganar y mucho que perder jugando contra Karpov.

En 1976 hubo una entrevista secreta en Córdoba entre Fischer y Karpov. Cuando todo parecía arreglado para la disputa de un encuentro sin el título en juego, Fischer exigió que el enfrentamiento se denominase "campeonato del mundo profesional", a lo que Karpov se negó. Desde entonces, el norteamericano se ha mantenido informado de cuanto ocurre en el ajedrez internacional y analiza partidas durante varias horas diarias. Aunque se ha dicho que su cerebro está detrás de los ordenadores de IBM que juegan al ajedrez, lo más probable es que subsista gracias al dinero de sus pocos amigos.

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