Cruyff cambió el sistema y el Barça goleó a Osasuna

Alguien, tras la hecatombe de Valladolid, llamó a Josep Lluís Núñez en su retiro de Puigcerdà. Pudo ser un periodista, un amigo o, con toda seguridad, uno de sus directivos. Quería saber la opinión del presidente. Núñez tranquilizó a su interlocutor y le sugirió cómo acabaría toda la tormenta: "Koeman terminará jugando de líbero por detrás de la defensa". Lo dijo Núñez, el pasado domingo, y, curiosamente, Johan Cruyff puso en práctica la idea en la primera oportunidad. El Barça ganó seguridad y el partido y, además, por goleada.A pesar de conocer el empate del Real Madrid en el estadio ...

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Alguien, tras la hecatombe de Valladolid, llamó a Josep Lluís Núñez en su retiro de Puigcerdà. Pudo ser un periodista, un amigo o, con toda seguridad, uno de sus directivos. Quería saber la opinión del presidente. Núñez tranquilizó a su interlocutor y le sugirió cómo acabaría toda la tormenta: "Koeman terminará jugando de líbero por detrás de la defensa". Lo dijo Núñez, el pasado domingo, y, curiosamente, Johan Cruyff puso en práctica la idea en la primera oportunidad. El Barça ganó seguridad y el partido y, además, por goleada.A pesar de conocer el empate del Real Madrid en el estadio nuevo Castalia de Castellón. A pesar de la imperiosa necesidad de la victoria, Cruyff planteó el encuentro con miedo, que en este caso tendría que denominarse coherencia. Se olvidó de sus frivolidades -a Lucendo ni siquiera lo concentró con la excusa de una lesión muscular-; sacrificó a Serna y Julio Alberto y alineó inicialmente a cuatro defensas, López Rekarte, Sergi -a veces fue un jugador en el centro del campo-, Koeman y Aloisio. Este pequeño retoque surtió el efecto deseado. El Barça jugó con más tranquilidad y hasta el público del Camp Nou comenzó a aplaudir a Koeman, que desde su nueva demarcación comenzó a lanzar a sus compañeros, con pases desde 40 metros.

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