Delgado parte entre los favoritos de una prueba dura y difícil

El pelotón más grande del mundo -son 249 corredores- tomará hoy la salida en Chambery (10.30, TV-2) en un Mundial que se disputará en un circuito duro y difícil y del que saldrá el campeón mundial y poseedor del jersei arcoiris, lo cual no quiere decir que vaya a ser considerado ni el mejor del mundo ni el gran triunfador de la temporada. Porque ese título será difícil arrebatárselo al norteamericano Greg Lemond, vencedor del Tour. Sólo dos corredores pueden aspirar a ello: el francés Fignon (ganador del Giro y segundo del Tour) y el español Delgado (ganador de la Vuelta y tercero del Tour)....

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El pelotón más grande del mundo -son 249 corredores- tomará hoy la salida en Chambery (10.30, TV-2) en un Mundial que se disputará en un circuito duro y difícil y del que saldrá el campeón mundial y poseedor del jersei arcoiris, lo cual no quiere decir que vaya a ser considerado ni el mejor del mundo ni el gran triunfador de la temporada. Porque ese título será difícil arrebatárselo al norteamericano Greg Lemond, vencedor del Tour. Sólo dos corredores pueden aspirar a ello: el francés Fignon (ganador del Giro y segundo del Tour) y el español Delgado (ganador de la Vuelta y tercero del Tour).

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Por celebrarse el Mundial en una sola etapa (21 vueltas sobre un circuito de 12,5 kilómetros, lo que hace un total de 262,5 kilómetros), ofrece la posibilidad de acceder a un título tan rimbombante a una gran diversidad de corredores: las tácticas de equipo son muy complejas y el control de la carrera se hace difícil para muchas figuras.Al organizarse el Mundial, por selecciones nacionales, facilita una primera discriminación, porque 12 países acuden con equipos de 12 corredores (Italia incluso lleva 13, por defender el título), mientras otros 15 van considerablemente mermados. Así, por ejemplo, el irlandés Sean Kelly capitanea un equipo de cuatro corredores, el canadiense Steve Bauer sólo dispone de dos compañeros y el mexicano Raúl Alcalá ha tenido que pagar y encargar personalmente su jersey representativo de México. Esta discriminación puede ser a la larga beneficiosa si se tiene en cuenta que determinadas selecciones están sumidas en la desunión, caso de Francia, EE UU y Holanda. España e Italia parecen haber resuelto bien sus problemas internos y tienen a su favor el haber conseguido colocar hombres en el podio en los últimos tiempos. Desde 1980 Italia ha conseguido tres medallas de oro, cuatro de plata y dos de bronce, mientras que España ha acumulado las tres medallas de bronce de Juan Fernández (1980, 1987 y 1988).

El ex campeonísimo Bernard Hinault, director de la Selección francesa, trató de usar la diplomacia para orientar el equipo según una doble capitanía de Fignon y Mottet, pero ha experimentado ya la pública rebelión de Gayant, medalla de plata el pasado año, quien ha manifestado que nunca ayudará a Fignon. Mottet, además, es el ídolo local porque reside en Chambery, donde está enclavado el circuito.

Divergencias

Entre los holandeses, la guerra comercial entre los equipos Panasonic, PDM y Superconfex se traslada a una selección en la que el capitán no va a ser Eric Breukink sino Steven Rooks. Theunisse, como no podía ser de otra forma, ha declarado que está en Chambery para ayudar a Rooks. Curiosamente Rooks y Theunisse acaban de firmar contrato con Panasonic, equipo que expulsa de sus filas a Breukink. En la selección estadounidense Greg Lemond se queja de no haber sido consultado a la hora de confeccionar el equipo, pero reconoce que no podrá evitar que Andrew Hampsten vaya por su camino.

Entre los españoles, la jefatura se resuelve de forma equitativa entre Delgado y Lejarreta, dos corredores además entre los que no existe recelo alguno. Luego, el seleccionador Martínez Heredia coloca un segundo grupo de aspirantes con Gastón, Induráin y Echave, que estarán atentos a cualquier corte a partir del kilómetro 200, y otorga un singular papel de "coordinador" a Álvaro Pino, responsable de hacer que las órdenes se cumplan dentro del pelotón. El equipo español llegó a Chambery esperanzado en el recorrido, a la vista de que no dispone de un corredor con chispa final como era Juan Fernández, circunstancia ésta importantísima en una prueba de un día, pese a que últimamente Echave ha logrado buenos resultados.

Pero, tras inspeccionar el recorrido, empezó a reinar cierta y contenida decepción: no era tan duro como se presumía, sobre todo un sector montañoso con pendiente media del 7,15%, aunque sí será selectivo. La conclusión general es que el trazado del circuito obligará a muchos abandonos e impedirá recuperarse a todo aquel que pase por malos momentos, debido a que es un trazado accidentado -subidas, bajadas, falsos llanos, curvas- donde es difícil que reine la calma.

Ayer, en la prueba femenina, se impuso la francesa Jeannie Longo, que de esta forma logra su tercera victoria en un Mundial que ganó en 1985 y 1987.

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