Un equipo de Málaga intenta establecer el récord mundial de espeleología en la serranía de Ronda

Un equipo formado por unas 100 personas, todas ellas miembros de la Sociedad de Excursionistas de Málaga, permanece desde hace una semana en Los Hoyos del Pinar, en la serranía de Ronda (Málaga), preparando el intento de récord mundial de espeleología que en las próximas horas protagonizarán Juan Gutiérrez y Luis Lapido en la sima Gesm, descubierta hace 17 años por miembros de esta misma asociación. El actual récord, en posesión del grupo francés Vulcain, está establecido en 1.535 metros.

La Sociedad de Excursionistas de Málaga posee la mejor marca de espeleología conseguida por un equi...

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Un equipo formado por unas 100 personas, todas ellas miembros de la Sociedad de Excursionistas de Málaga, permanece desde hace una semana en Los Hoyos del Pinar, en la serranía de Ronda (Málaga), preparando el intento de récord mundial de espeleología que en las próximas horas protagonizarán Juan Gutiérrez y Luis Lapido en la sima Gesm, descubierta hace 17 años por miembros de esta misma asociación. El actual récord, en posesión del grupo francés Vulcain, está establecido en 1.535 metros.

La Sociedad de Excursionistas de Málaga posee la mejor marca de espeleología conseguida por un equipo español, 1.098 metros en la propia sima Gesm, obtenida en una expedición organizada en 1980. Para el jefe de la expedición, Rogelio Ferrán, "obtener el récord supone un reto muy importante para la espeleología española, ya que España es una especie de Himalaya espeleológico y los grandes éxitos siempre se lo apuntan grupos extranjeros".El equipo lleva una semana trabajando en la instalación de campamentos base hasta una profundidad de 1.000 metros, sólo 74 por encima del lago Ere, donde comenzará la labor de exploración por parte de Gutiérrez y Lapido pues, además de batir el récord, se espera obtener un conocimiento más profundo de las verdaderas dimensiones de la sima.

Según Juan Gutiérrez, "lo importante en primera instancia es superar nuestra propia cota de 1.098 metros y, a partir de ahí, ganar en profundidad y establecer un nuevo registro en el catálogo de grandes cavidades. Pensar en el récord del mundo no es exagerado pero depende siempre de las dimensiones y distribución subterránea del lago Ere". La expedición se ha fijado como plazo máximo para conseguir su objetivo el 17 de septiembre.

La sima Gesm, considerada la segunda más vertical del mundo, no ha sido todavía explorada en su conjun to y aparece como una gran incógnita. Hasta el momento sólo es conocida hasta llegar al lago Ere, sifón cuya profunidad se calcula en unos 60 metros. A partir de ahí, el jefe de expedición, Rogeli9 Ferrán, dice: "No sabemos lo que nos podemos encontrar, tal vez una galería seca o conexiones con otras grutas. Por ello la preparación psicológica es muy importante en este tipo de aventuras y hay que estar preparado para todo. Aquí no ves, mientras que en el alpinismo tienes la ventaja de saber lo que te vas a encontrar".

Red subterránea

Los componentes de la expedición tratarán de encontrar en su exploración conexiones con otras galerías y cavidades de la serranía rondeña, ya que están convencidos de que la simaGems conduce a un gran nudo ,de comunicaciones que, en caso de confirmarse, podría convertirse en la red subterránea más profunda del mundo.En 1980, un equipo de exploración polaco realizó un trazado de fluorocina, un producto colorante de carácter inocuo, en el lago. Paralelamente se colocaron unos fluocaptores en Zarzalones, una cueva inundada en Yunquera, donde los estudios realizados por el Instituto Geológico y Minero de Madrid dieron un resultado positivo, por lo que la sima Gesm debe estar comunicada con la cueva de Zarzalones.

Además de los desprendimientos y crecidas que puedan originarse, los espeleobuceadores deberán afrontar problemas como la descompresión o los trastornos cerebrales, para lo que cuentan con equipos de aire en los que se han mezclado oxígeno y helio. Se calcula que la temperatura en la sima, superados los 1.000 metros, oscila entre cinco y ocho grados.

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