Huida hacia ningún sitio

Christofer Petit fue durante bastante tiempo crítico de cine de la célebre revista londinense Time Out. Su apasionada cinefilia conectó y convenció al mismísimo Wim Wenders, que en 1977 le financió su primer largometraje, la insólita Radio on. No menos insólito fue el segundo, Un trabajo no apropiado para mujeres, un homenaje al cine negro que pulverizaba sus esquemas más clásicos. E igualmente insólito fue el tercero, Vuelo a Berlín, realizado en 1984 y esta noche presente en el espacio Filmoteca TV, en versión original con subtítulos en castellano.No es el ...

Christofer Petit fue durante bastante tiempo crítico de cine de la célebre revista londinense Time Out. Su apasionada cinefilia conectó y convenció al mismísimo Wim Wenders, que en 1977 le financió su primer largometraje, la insólita Radio on. No menos insólito fue el segundo, Un trabajo no apropiado para mujeres, un homenaje al cine negro que pulverizaba sus esquemas más clásicos. E igualmente insólito fue el tercero, Vuelo a Berlín, realizado en 1984 y esta noche presente en el espacio Filmoteca TV, en versión original con subtítulos en castellano.No es el cine de Petit, digámoslo de entrada, un cine para todos los gustos. Es un cine rabiosamente moderno -o posmoderno, si se quiere-, bien ejecutado en su prisma visual y deudor en su ética del maestro Wenders. Sus personajes deambulan siempre con brújula averiada, insatisfechos, a un paso del desguace. La protagonista de Vuelo a Berlín es un mujer que huye de algo, de un pasado inconcreto, de unas circunstancias determinadas, o quizá de ella misma.

La huida la lleva a Berlín, donde una vez más degustará los exquisitos placeres del vacío. De brillante factura, trufada de guiños cinéfilos y con cierto eco de Godard en su primera etapa, la película desprende esa misma sensación de vacío. Queda la incógnita de saber si ésa era la intención de Petit o no. En cualquier caso, Vuelo a Berlín es una obra bastante sugestiva.

Menor interés despierta el resto de la programación. Muerte en el Nilo es una típica aventura del detective inmortalizado por Agatha Christie, Hercules Poirot. Se trata de un filme con excelente reparto -Peter Ustinov, Bette Davis, David Niven, Mia Farrow, Jane Birkin y Olivia Hussey-, música de Nino Rota, guión de Anthony Schaffer -el de La huella- y resultados previsibles, aptos para atrapar al espectador pero carentes totalmente de inspiración.

Algo más sugestiva es Helena de Troya, una coproducción italo-norteamericana de 1955, dirigida con habilidad y en localizaciones muy creíbles (en Italia) por Robert Wise, que pone todo su oficio en sacar adelante esta recreación del mito clásico, aunque todo queda en el filme de aventuras históricas convencional. Rossana Podestá en el papel principal y una jovencísima Brigitte Bardot como secundaria son sus atractivos.

Tontísima, en cambio, es La mejor defensa, el ataque, una comedia sobre la carrera de armamentos y la intervención militar norteamericana, fabricada para el lucumiento de sus protagonistas, Dudley Moore y Eddie Murphy.