Crítica:CINE EN T. V. E.

La sonrisa horizontal

Guy vive en su mansión obsesionado por una posible herencia cataléptica -sostiene que su padre fue enterrado con vida-, y para solucionar sus preocupaciones idea un féretro con más gadgets que el traje de Bond para resucitar de la muerte. Su boda con Emily, una melodía persistente, una pesadilla virada en rojos y azules y las neblinas que envuelven jardines y cementerios le impedirán, sin embargo, vivir tranquilo.Esta es la escueta e inquietante premisa de La obsesión (The premature burial), la nueva aleación Corman-Poe, esta vez con Ray Milland, angustiadísimo, en vez de ...

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Guy vive en su mansión obsesionado por una posible herencia cataléptica -sostiene que su padre fue enterrado con vida-, y para solucionar sus preocupaciones idea un féretro con más gadgets que el traje de Bond para resucitar de la muerte. Su boda con Emily, una melodía persistente, una pesadilla virada en rojos y azules y las neblinas que envuelven jardines y cementerios le impedirán, sin embargo, vivir tranquilo.Esta es la escueta e inquietante premisa de La obsesión (The premature burial), la nueva aleación Corman-Poe, esta vez con Ray Milland, angustiadísimo, en vez de Vincent Price. Un filme de atmósferas, colores axaltados y decorados escasos y sencillos que, no obstante, alcanzan plenitud como iconografía del horror, ilación invisible entre poesía y espanto. La muerte extiende su sonrisa horizontal sobre 80 económicos minutos de irónica pesadilla.

Hoy, casi treinta años después, estamos acostumbrados a otro tipo de terror más visceral -hablábamos de él el otro día a propósito de La matanza de Tejas-, pero el de La obsesión era en su momento cumbre de la angustia, de la claustrofobia y el miedo. Y sigue procurando placer visual incomparable.

Pocos días después de Comando en el mar de China, vuelve Robert Aldrich a nuestras pantallas con un filme anterior, El vuelo del fénix, cine de aventuras y gran reparto, donde un grupo de hombres, tras un aterrizaje forzoso, queda perdido en pleno desierto y deberá componérselas para sobrevivir e intentar volver a despegar. Aldrich sabe controlar la larga duración de su obra con buenas dosis de tensión y su proverbial sentido para el retrato de diversos caracteres masculinos enfrentados a un peligro común.

Quien también vuelve es el Mark Robson de Terremoto, aunque de un tiempo (1956) en que todavía se podía confiar en él como cineasta personal y con mundo propio. Más dura será la caída es el típico filme sobre la corrupción en el boxeo, bien tramado, ambientado y resuelto. La última y estupenda aparición de Humphrey Bogart en la pantalla, en el papel de un crítico de deportes.

[A pesar de sus muchas debilidades, El amuleto del diablo (Baffled!) es un pequeño respiro en la naturalista crónica negra de Estrenos TV, y aunque comercia con el resbaladizo tema de lo paranormal, la película, un punto absurda, pero entretenida, logra no caer del todo en el gran ridículo que acecha a la mayoría de las producciones que tratan sobre tan delicada materia.]

El amuleto del diablo se emite, por TVE-1, a las 16.00. La obsesión se emite, a las 18.00, por TVE-1. El vuelo del fénix se emite, a las 22.40, por TVE-1. Más dura será la caída se emite por TVE-1, en la madrugada del lunes, a la 01.10.

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