Crítica:

Las raíces mandan

La trama de Padre nuestro surge de una historia auténtica, la de un obispo español residente en el Vaticano que, al llegar a una edad avanzada, pidió volver a su tierra natal, una pequeña aldea llena para él de recuerdos y signos de vida.Como escribía en estas mismas páginas Ángel Fernández Santos -guionista además, con Francisco Regueiro, de la película-, lo sugerente del caso era pensar "qué pudo encontrar este valeroso hombre en su persecución de las nebulosas rutas del pasado. La imagen de un príncipe de la Iglesia enfundándose en un traje de pana campesino y poniéndose en camino tr...

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La trama de Padre nuestro surge de una historia auténtica, la de un obispo español residente en el Vaticano que, al llegar a una edad avanzada, pidió volver a su tierra natal, una pequeña aldea llena para él de recuerdos y signos de vida.Como escribía en estas mismas páginas Ángel Fernández Santos -guionista además, con Francisco Regueiro, de la película-, lo sugerente del caso era pensar "qué pudo encontrar este valeroso hombre en su persecución de las nebulosas rutas del pasado. La imagen de un príncipe de la Iglesia enfundándose en un traje de pana campesino y poniéndose en camino tras el rastro de su pasado era recia, brillante y lo bastante rica como para que nos tentara tirar de sus hilos ocultos".

La tentación se ficcionó a través del encuentro del obispo con su hermano ateo y con una hija de sus días aún no místicos, vertida a la prostitución de alta alcurnia. Sobre este atractivo y algo delirante carburante Regueiro trenzó una película astutamente fijada sobre patrones seguros, conio el drama rural, cierto humor negro de fondo y la descripción de personajes y geograflia, a la búsqueda de sigrios de identidad y raíces propias, más algunos símbo los concretos, como el de la mismísima bola nevada del Ciudadano Kane.

Cineasta maldito por excelencia del cine español, por una vez Francisco Regueiro supo entroncar con el público, que aplaudió la obra y la llevó a un éxito considerable, reconocimiento que desgraciadamente no obtuvo su siguiente filme, Diario de invierno, que hace temer por la continuidad de tan singular personaje.

De un clásico de la literatura erótica procede Fanny Hill, crónica deficiente sobre una prostituta de lujo en un ambiente que hace pensar en el memorable Tom Jones, de Finney-Richardson, dirigida -es un decir- por Gerry O'Hara, ya acreditado en erotismo retratando las apetecibles carnes de Joan Collins en Elplacer.

Sin ser nada del otro jueves, el cinéfilo podrá hallar cierto encanto en un westem de serie B de 1944, Él y su enigma, competentemente interpretado por John Wayne y la hermosa Ella Raines, actriz recientemente fallecida. Y casi ninguno en Acompáñame, las tribulaciones y romances de Rocío Dúrcal por las islas Canarias.

Padre nuestro se emite a las 22.20; Fanny Hill, a las 2. 00; Él y su enigma, a las 7.40, por TVE-1. Acompáñame, a las 17.30, por TVE-2.

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