Los puntos sobre las íes

Prosigue el ciclo dedicado a Ava Gardner hoy con uno de esos filmes que no añade laurel alguno a su carrera, Una vida por otra (Ride, vaquero! en el original), un westem típico y tópico (malvados de extracción mexicana, buenos yanquis que pretenden -lo de siempre- vivir felices en unos palmos de tierra fértil, sheriffis cobardes -o comprados, que da lo mismo-, y el buen fin, finalmente, siempre venciendo al mal) levantado, eso sí, por un competente cineasta hoy un tanto olvidado, John Farrow -que fuera marido de Maureen O'Sullivan y padre de la hoy alleniana Mia Farrow-, a...

Prosigue el ciclo dedicado a Ava Gardner hoy con uno de esos filmes que no añade laurel alguno a su carrera, Una vida por otra (Ride, vaquero! en el original), un westem típico y tópico (malvados de extracción mexicana, buenos yanquis que pretenden -lo de siempre- vivir felices en unos palmos de tierra fértil, sheriffis cobardes -o comprados, que da lo mismo-, y el buen fin, finalmente, siempre venciendo al mal) levantado, eso sí, por un competente cineasta hoy un tanto olvidado, John Farrow -que fuera marido de Maureen O'Sullivan y padre de la hoy alleniana Mia Farrow-, a quien debemos en el género piezas de valor como Hondo y, fuera de él, alguna que otra joya, como El reloj asesino, un thriller con Ray Milland basado en el mismo relato -de Kenneth Fearing- de No hay salida.Farrow pone todos los puntos sobre las íes y da a luz un westem sin mácula, conciso, con su buena ración de heroicismo y sus gramos de épica. Para los golosos del género, queda un filme vistoso -saca un gran partido del color y los paisajes- y muy bien interpretado, especialmente por Anthony Quinn, que pecha con el personaje de una sola pieza y lleva a terrenos más ambiguos. En cualquier caso, nada del otro jueves, sino de este martes.