Crítica:CINE EN TELEVISIÓN

Revisar a Regueiro

Estos dos últimos años, con las películas Padre nuestro y Diario de invierno, Francisco Regueiro, un maldito del cine español, ha vuelto a demostrarnos que es uno de los cineastas más peculiares y atrevidos de nuestro panorama, además de ser el único que ha recogido con propiedad -el único español, porque por ahí anda, en esos mundos de Dios, David Lynch, el director de El hombre elefante- la herencia de Luis Buñuel.La oportunidad de echar la vista atrás y revisar a Regueiro nos la brinda hoy TVE dentro del ciclo dedicado a Elías Querejeta. No se trata, digámoslo ya, de un...

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Estos dos últimos años, con las películas Padre nuestro y Diario de invierno, Francisco Regueiro, un maldito del cine español, ha vuelto a demostrarnos que es uno de los cineastas más peculiares y atrevidos de nuestro panorama, además de ser el único que ha recogido con propiedad -el único español, porque por ahí anda, en esos mundos de Dios, David Lynch, el director de El hombre elefante- la herencia de Luis Buñuel.La oportunidad de echar la vista atrás y revisar a Regueiro nos la brinda hoy TVE dentro del ciclo dedicado a Elías Querejeta. No se trata, digámoslo ya, de una de sus mejores películas. No es Duerme, duerme mi amor. Ni siquiera es Las bodas de Blanca. Y es que Si volvemos a vernos, tras el poco eco que obtuvieron El buen amor y Amador, la quiso Francisco Regueiro, digámoslo así, comercial. Que llegara al gran público.

Tampoco funcionó. Sin embargo, no era -ni es- un filme desdeñable. Sin compasión alguna, Regueiro penetra su bisturí en la vida de unos personajes más o menos miserables: en la de una prostituta regenerada por su matrimonio con un soldado negro norteamericano destinado en Torrejón pero terriblemente azotada por la duda y la angustia; en la de ese hombre que quiere volver a su patria con ella, y en las de otros personajes de situación similar. Vidas sesgadas, ahítas, de difícil porvenir, observadas por Regueiro con una honestidad fuera de toda duda. Precisamente esa honestidad no sería aventurado afirmar es la que otorgó al producto una rigidez de dificil acceso para el espectador. A más de 20 años vista -aunque TVE ya la emitiera hace cinco años-, Si volvemos a vernos conviene volverla a ver, constatar su vigencia, de tenerla. Lo que está claro es que se trata de un filme crucial de nuestro cine, del entonces nuevo cine español.

Si volvemos a vernos se emite hoy a las 21.20 por TVE-2.

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