Crítica:

Expresionismo alemán

La acumulación de ismos en la historia del arte de este siglo impone a los ojos actuales un respeto condescendiente, una admiración histórica, aunque paralelamente desaparece el interés general, enterrado en las catacumbas museísticas. ¿Obedece eso a la realidad?, ¿caducan sus valores artísticos con el paso del tiempo, su capacidad de maravillar? Más bien desciende la sensibilidad del receptor de hoy, su necesidad de atravesar nuevas propuestas estéticas, rupturas, movimientos controvertidos y significativos, radicales transformaciones de lo conocido y ya mil veces visto.Viene todo esto...

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La acumulación de ismos en la historia del arte de este siglo impone a los ojos actuales un respeto condescendiente, una admiración histórica, aunque paralelamente desaparece el interés general, enterrado en las catacumbas museísticas. ¿Obedece eso a la realidad?, ¿caducan sus valores artísticos con el paso del tiempo, su capacidad de maravillar? Más bien desciende la sensibilidad del receptor de hoy, su necesidad de atravesar nuevas propuestas estéticas, rupturas, movimientos controvertidos y significativos, radicales transformaciones de lo conocido y ya mil veces visto.Viene todo esto a cuento a propósito de la proyección esta noche en el espacio Filmoteca

TV, de El gabinete del doctor Caligari, de Robert Wiene, una cumbre del cine de todos los tiempos en general, y en particular del cine expresionista alemán; rodada en 1919, esta película puede considerarse de hecho como la del nacimiento de esa tendencia, hoy insistentemente cuestionada en su globalidad.

Trascendiendo el ámbito de las clasificaciones, El gabinete del doctor Caligari es, por sus propios méritos, y más allá del contexto en que se forma, una obra de enorme interés. Confluyen en ella múltiples sugerencias -sociales, psicoanalíticas, puramente artísticas-, con las que pervive en el tiempo sin marchitarse.

Es, por supuesto, tal vez antes que nada, una película de hallazgos plásticos: tres notables artistas expresionistas, Hermann Warm, Walter R8hring y Walter Reimann, se hicieron cargo de sus decorados, puro delirio pictórico de sombras, formas cúbicas, curvas, horizontalidad y verticalidad y ángulos salidos de madre.

Pero es también un filme de alta significación social, una malévola parábola sobre el poder a partir de la historia de un doctor criminal -el propio Estado- y su criatura -el pueblo-, a la que arrastra al asesinato'por hipnosis. La composición lumínica y las interpretaciones exageradas, gesticulantes de los dos excelentes actores principales -Werner Krauss, como Caligari, y Conrad Veidt, en su dominado Cesareson también, y entre otros, aspectos sobre los que El gabinete del doctor Caligari invita gratamente a la reflexión.

Comparten la programación con Caligari, películas a todas luces de menor categoría, aunque Intermezzo, remake ya americano del popular melodrama que la misma Ingrid Berginan interpretó, a las órdenes de Gustav Molander, en su Suecia natal, tiene la temperatura adecuada que requieren el género y la pasional historia que narra de amores, música y destino. Por lo demás, Lady Oscar es el mayor patinazo que el excelente Jacques Demy haya dado en toda su carrera; Orca, la ballena asesina, una deficiente aventura marítima, perpetrada cuando las pantallas del mundo entero aún se iluminaban sobrecogidas por las aguas rojas que impusiera Spielberg.

El gabinete del doctor Caligary se emite hoy, a las 1. 10 horas; Lady Oscar, a las 4.05; Intermezzo, a las 7.50; Orca, la ballena asesina, a las 16.05, todas por TVE 1.

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