PRIMERA JORNADA DE LIGA

El Athlétic aprovechó los errores del Sevilla

Howard Kendall pidió gente experimentada a la directiva rojiblanca para armar un equipo de garantía. Azkagorta, en su intento por renovar al Sevilla, cambiarido el duende por la garra, ha incustrado en su once titular elementos nuevos en la defensa (Mino y Diego), en el centro del campo (Zúñiga) y en la delantera (Polster).El partido, a priori, se presentaba descompensado. En el Athlétic estaban los de siempre, más dos; jóvenes (Lacabeg y Garitano); y en el Sevilla aparecían corno siempre.

El Athlétic inició su presentación en San Mamés con un juego premioso y falto de movilidad,...

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Howard Kendall pidió gente experimentada a la directiva rojiblanca para armar un equipo de garantía. Azkagorta, en su intento por renovar al Sevilla, cambiarido el duende por la garra, ha incustrado en su once titular elementos nuevos en la defensa (Mino y Diego), en el centro del campo (Zúñiga) y en la delantera (Polster).El partido, a priori, se presentaba descompensado. En el Athlétic estaban los de siempre, más dos; jóvenes (Lacabeg y Garitano); y en el Sevilla aparecían corno siempre.

El Athlétic inició su presentación en San Mamés con un juego premioso y falto de movilidad, pero un error de Fernando y Mino propició que Uralde marcase el primer gol de la Liga 8889 y que el equipo se asentase. Argote, por su parte, apareció dispuesto a mostrar todo su repertorio de recortes, dejándole al nuevo sevillista Diego la cintura como un tornillo.

Azkagorta ante las pocas prestaciones que le daba su equipo, introdujo en el segundo tiempo a Choya y Cholo. La ambición del Sevilla se transformó en espacios para el Athlétic, y durante un cuarto de hora el campo de San Mamés vibró con un Cholo que ponía la directa en todas sus acciones, y con un Argote que seguía jugando a la trompa con su marcador.

Sin embargo, en San Mamés alguien estaba ofendido. Lacabeg, un muchacho fibroso y enjuto de carnes, digno representante de cualquier grupo de alimentación macrobiótica, había sido califlicado de "verde" por su entrenador, mientras se fichaba a Núñez, del Murcia. El lateral, a siete minutos del final, robó un balón. Corrió su banda. Puso el balón en el área, y Uralde aprovechó para conectar un testarazo de los de antes, que colocó el balón en la misma escuadra. San Mamés se llenó de pañuelos blancos por varios motivos, porque era un gol de los que gustan en La Catedral, porque se hizo con la cabeza, porque el Athlétic empezaba la Liga. como gusta a las gentes del lugar y porque asistió a una abultada victoria.

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