La ruptura de Lefebvre con el Vaticano amenaza provocar un cisma en la Iglesia

El arzobispo Marcel Lefebvre anunció ayer en Ecône (Suiza) que, contra la voluntad del Vaticano, el próximo día 30 consagrará a cuatro obispos de su hermandad integrista. Con este anuncio, el arzobispo muestra su intención de consumar el cuarto cisma en la Iglesia desde hace 100 años. La Santa Sede ha reaccionado con una nota en la que expresa su "especial preocupación" por "los fieles interesados en esta decisión, que los coloca fuera de la comunión eclesial", lo cual equivale a que serán excomulgados.

Entre los cuatro obispos anunciados está el español Alfonso de Galarreta, de 30 años...

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El arzobispo Marcel Lefebvre anunció ayer en Ecône (Suiza) que, contra la voluntad del Vaticano, el próximo día 30 consagrará a cuatro obispos de su hermandad integrista. Con este anuncio, el arzobispo muestra su intención de consumar el cuarto cisma en la Iglesia desde hace 100 años. La Santa Sede ha reaccionado con una nota en la que expresa su "especial preocupación" por "los fieles interesados en esta decisión, que los coloca fuera de la comunión eclesial", lo cual equivale a que serán excomulgados.

Entre los cuatro obispos anunciados está el español Alfonso de Galarreta, de 30 años de edad, nacido en Logroño. La salida del arzobispo integrista de la disciplina romana se suma a la de los veterocatólicos, tras el Vaticano I (a finales del siglo XIX), y las llamadas iglesias nacionales checa (1920) y china. (1950).Lefebvre, suspendido a divinis por Pablo VI en 1976 por no asumir el Concilio Vaticano II, tachó ayer de modernistas a los tres últimos papas, incluido Juan Pablo II. El arzobispo se siente burlado por la cúpula eclesiástica: "Lo siento, les dije, habéis jugado conmigo; lo he comprendido todo, se acabó".

Los integristas han acabado rompiendo el protocolo que firmaron en mayo pasado con el Vaticano, por el que se habría reconocido a su Fraternidad de San Pío X a cambio de algún modo de reconocimiento del concilio. Entre los motivos de la ruptura destacan que Lefebvre quería más obispos tradicionalistas en una comisión mixta que debía analizar los textos eclesiásticos y la indeterminación sobre la consagración de los obispos.

A la ruptura no han sido ajenas tampoco las conferencias episcopales suiza y francesa, que han expresado mayor dureza que el comprensivo Vaticano.

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