Wilander jugará ante Leconte su quinta final

Mats Wilander (Suecia), de 24 años, jugará hoy contra Henri Leconte (Francia), de la misma edad, su quinta final del torneo de Roland Garros. Wilander, que es el favorito por su mayor experiencia en este tipo de compromisos, fue el campeón más joven del torneo cuando, con 17 años, derrotó a Guillermo Vilas (Argentina) en 1982. Un año después perdió en la final ante Yannick Noali (Francia). En 1985, Wílander derrotó a Ivan Lendl (Checoslovaquia), ante el que perdió en 1987.Wilander ha jugado nueve finales del Grand Slam -cuatro en París, una en Flushing Meadow y cuatro en Australia-, y suma cin...

Mats Wilander (Suecia), de 24 años, jugará hoy contra Henri Leconte (Francia), de la misma edad, su quinta final del torneo de Roland Garros. Wilander, que es el favorito por su mayor experiencia en este tipo de compromisos, fue el campeón más joven del torneo cuando, con 17 años, derrotó a Guillermo Vilas (Argentina) en 1982. Un año después perdió en la final ante Yannick Noali (Francia). En 1985, Wílander derrotó a Ivan Lendl (Checoslovaquia), ante el que perdió en 1987.Wilander ha jugado nueve finales del Grand Slam -cuatro en París, una en Flushing Meadow y cuatro en Australia-, y suma cinco títulos en total: dos en París y tres en Australia. Wilander, que ganó el último torneo australiano en el mes de enero, puede convertirse hoy en el primer jugador que vence en los dos torneos iniciales del Grand Slam desde que Bjorn Borg (Suecia) lo consiguió en 1980. El último ganador del Grand Siam fue Rod Laver (Australia) en 1969.

El favorito teórico es Mats Wilander, que domina a Henri Leconte por 8-2 en sus enfrentamientos particulares. Sin embargo, el factor local puede nivelar la balanza, aunque Leconte no sea tan adorado como su compatriota Yannick Noah. Leconte es el quinto francés que llega a la final de Roland Garros después de la guerra. Precisamente el español Andrés Gimeno ganó a Patrick Proisy en 1972.

Los estilos de los finalistas son completamente distintos. Leconte, que jugará su primera final del Grand Slam, es un tenista sin paciencia que sólo entiende el lenguaje del saque y volea. Es casi un jugador teórico para la hierba o las pistas rápidas. Wilander, en cambio, en la más clásica línea sueca, de la que ha sido uno de sus principales protagonistas, se dedica a recorrer la línea de¡ fondo de un lado a otro, aunque en los últimos años ha aprendido también a sacar y volear.