Crítica:CINE EN T. V. E.

La propuesta de Anghelopoulos

En septiembre de 1980, mientras Louis Malle y John Cassavetes se llevaban, ex aequo, el León de Oro del Festival de Venecia a la mejor película por, respectivamente, Atlantic City y Gloria, Theo Anghelopoulos cosechaba, por Alejandro el Grande, otro, el concedido a la obra que contemplase un nuevo lenguaje cinematográfico.Hoy esa película larga y parsimoniosa, solemne y bella se emite en el espacio Filmoteca TV y el galardón veneciano debe poner en guardia al espectador que desconozca la obra de ese realizador puntero de la cinematografía griega.

Se ha...

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En septiembre de 1980, mientras Louis Malle y John Cassavetes se llevaban, ex aequo, el León de Oro del Festival de Venecia a la mejor película por, respectivamente, Atlantic City y Gloria, Theo Anghelopoulos cosechaba, por Alejandro el Grande, otro, el concedido a la obra que contemplase un nuevo lenguaje cinematográfico.Hoy esa película larga y parsimoniosa, solemne y bella se emite en el espacio Filmoteca TV y el galardón veneciano debe poner en guardia al espectador que desconozca la obra de ese realizador puntero de la cinematografía griega.

Se ha dicho un lenguaje nuevo y cinematográfico. Por nuevo ha de entenderse un punto de ruptura con los códigos a que nos tiene habituados el arte de las imágenes y ese punto se halla, por ejemplo, en el ritmo narrativo de Anghelopoulos y en interminables planos-secuencia donde el cineasta no se rige por el tiempo determinado por las convenciones sino por su necesidad de capturar en el paisaje y las coreografías que trenzan los personajes su propia verdad.

Se nos ha perdido un dinosaurio se emite a las 16

05; Alejandro el Grande, a las 1.05; La María del puerto, a las 5.05, y El último cazador, a las 7.30, todas en TVE-1.

Por cinematográfico no hace falta decir que debe considerarse una especificidad propia, la que conlleva esa ausencia de primeros planos y, por tanto, su inadecuación en la pantalla chica. En cualquier caso, la historia de este Alejandro que defendió a los campesinos a finales del siglo pasado tiene un enorme interés.

Hay que ver, asimismo, La María del puerto, que no es lo mejor de Marcel Carné -no es Quai des brumes, no es Le jour se lève pero posee su sello, ese naturalismo propio de él, y tiene a Jean Gabin -su Jean Gabin, sólo que con unos cuantos lustros más encarnando al protagonista, un galán otoñal, enamorado de la hermana menor de su amante. Basada en una novela de Georges Simenon, hay que destacar el extraordinario trabajo de Henri Alekan en la fotografía.

Se nos ha perdido un dinosaurio y El último cazador deparan escaso interés, por no decir nulo interés. Son un típico producto Disney con una trama de espías en torno al equeleto de un dinosaurio, y una producción italiana de escasa entidad sobre Vietnam.

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