Bossano parte como favorito en las elecciones que se celebran hoy en Gibraltar

Los gibraltareños acuden hoy a las urnas para elegir a sus nuevos representantes, tras una campaña electoral de tres semanas, aparentemente fría, falta de colorido y sin entusiasmo. La ausencia en la confrontación electoral de sir Josua Hassan, el hombre que gobernó Gibraltar en los últimos 40 años, ha restado fuerza a la opción conservadora y todos los indicios, incluidos sondeos, dan la ventaja al líder laborista, Joe Bossano, único político de altura en estos comicios y también el mayor crítico de la política española hacia la Roca. En Gibraltar se habla ya de Bossano como ministro principa...

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Los gibraltareños acuden hoy a las urnas para elegir a sus nuevos representantes, tras una campaña electoral de tres semanas, aparentemente fría, falta de colorido y sin entusiasmo. La ausencia en la confrontación electoral de sir Josua Hassan, el hombre que gobernó Gibraltar en los últimos 40 años, ha restado fuerza a la opción conservadora y todos los indicios, incluidos sondeos, dan la ventaja al líder laborista, Joe Bossano, único político de altura en estos comicios y también el mayor crítico de la política española hacia la Roca. En Gibraltar se habla ya de Bossano como ministro principal.

Tres opciones políticas, dos conservadoras y una socialista, concurren a las elecciones de hoy. La llamada a las urnas atañe a 17.000 de los 29.000 habitantes que pueblan la colonia, de los cuales unos 20.000 son llanitos y 6.000 oriundos del Reino Unido.Los colegios electorales abren de 9 de la mañana a 10 de la noche y los ciudadanos con derecho a voto se enfrentan a una sola lista de 24 candidatos que equitativamente representa a las tres opciones en liza. De esa manera, un elector puede votar indistintamente a candidatos de las tres opciones hasta ocho, que es el máximo número de escaños a que puede aspirar el partido ganador y que son los que formarán nuevo gobierno. El Parlamento queda configurado con los ocho miembros del partido vencedor, siete de la oposición y otros dos -del Attorney General y el Financial Secretary- que son designados por el gobernador de la Roca y que forman parte también del gobierno, independientemente del color que tenga.

Gibraltar no vivió ayer una jornada electoral de reflexión a la española, porque el sistema de participación popular es diferente. Tampoco una jornada cumbre de final de campaña, ya que en la colonia la batalla electoral no adquiere una dimensión popular o multitudinaria. Se ha hecho una campaña de puerta a puerta, que se sigue esencialmente a través de la televisión local y de los periódicos. Hombres sandwichs, mítines de barrio a los que acuden menos de un centenar de personas y que se siguen desde las ventanas de los edificios, algunas pegatinas en taxis y vehículos particulares, muchachas y niños esporádicamente repartiendo panfletos y alguna que otra furgoneta con altavoces emitiendo lemas de campaña han sido los únicos síntomas visibles, al menos para el ciudadano que frecuenta la calle, de que Gibraltar se preparaba en los últimos días para una jornada electoral.

El final de campaña reunió anoche en el Inces Hall a los responsables de los tres partidos que concurren a las elecciones, el sindicalista Bossano, por el Partido Socialista Laborista de Gibraltar (GSLP), el matemático Adolfo Canepa, delfin de sir Josua Hassan y actual jefe de filas de la Asociación para el Avance de los Derechos Civiles (AACR) y a Joe Pitaluga, un ex funcionario que asesoró al anterior ministro principal en política exterior y que está "en el combate al marxismo ateo para evitar el caos". Es el líder del Partido Democrático Independiente (IDP), constituido expresamente para esta confrontación electoral.

En el debate, que congregó a 500 personas seleccionadas que participaban con preguntas dirigidas a los candidatos, se volvieron a repetir los dos puntos esenciales en los que ha girado la campaña electoral gibraltareña la economía local y las relaciones con España, con especial incidencia en el acuerdo de Bruselas de 1984; el uso conjunto del aeropuerto gibraltareño y el pago de las pensiones a los trabajadores españoles que prestaron servicio en el Peñón antes del cierre de la verja. "El acuerdo de Bruselas da a España", asegura Bossano, "el derecho de negociar sobre nuestra soberanía y discutir la cooperación a través del desarrollo de Gibraltar, en un proceso descrito como de ósmosis para facilitar la absorción eventual de la Roca en la mancomunidad de municipios del Campo de Gibraltar. Esto es totalmente inaceptable para nosotros y el GSLP divorciará su gobierno de este proceso".

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