Cuatro personas secuestran en Madrid al empresario Emiliano Revilla
El empresario inmobiliario Emiliano Revilla Sanz, de 58 años, ex propietario de la empresa Chorizos Revilla, fue secuestrado a las 23.15 de ayer en el portal de su domicilio, en Madrid, por cuatro individuos, tres hombres y una mujer, según pudo saber este periódico de fuentes policiales.Los secuestradores encañonaron al empresario cuando llegaba a su vivienda y le obligaron a subir a un coche Seat 124 o 1430 de color verde, matrícula M-6236-CF, en el que emprendieron la huida. La policía ha encontrado en el suelo del portal de la vivienda un cargador de una pistola PK con munición FF-77, que,...
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El empresario inmobiliario Emiliano Revilla Sanz, de 58 años, ex propietario de la empresa Chorizos Revilla, fue secuestrado a las 23.15 de ayer en el portal de su domicilio, en Madrid, por cuatro individuos, tres hombres y una mujer, según pudo saber este periódico de fuentes policiales.Los secuestradores encañonaron al empresario cuando llegaba a su vivienda y le obligaron a subir a un coche Seat 124 o 1430 de color verde, matrícula M-6236-CF, en el que emprendieron la huida. La policía ha encontrado en el suelo del portal de la vivienda un cargador de una pistola PK con munición FF-77, que, al parecer, se les cayó a los secuestradores en su escapada.
El hijo y la mujer de Emiliano Revilla (Margarita Sánchez) se encontraban en el momento del secuestro en su domicilio. El hijo del empresario, consultado anoche por este periódico, no quiso hacer ningún tipo de declaración por el momento.
A primera hora de la madrugada de hoy, la familia estaba acompañada por su abogado, Rafael Vázquez, y a la espera de tener alguna noticia sobre el caso. Ni la esposa del empresario ni el letrado quisieron hacer ninguna declaración.
Emiliano Revilla heredó de su padre un importante negocio dedicado a la fabricación de embutidos, articulado fundamentalmente en tres empresas, y cuyos productos, bajo la marca Revilla, consiguieron una gran popularidad. El año pasado decidió cambiar por completo el rumbo de sus negocios y, tras entrar en contacto con el mundo inmobiliario, al negociar la compra de las Torres de Jerez se vuelca en este sector, vendiendo sus actividades tradicionales a la multinacional Unilever.
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