Crítica:

'Mondo cane'

Caniche es el segundo largometraje de Bigas Luna, y, como el primero, Bilbao, de nuevo una crónica anómala, fantástica, para centrar un desquicio corriente: el de nuestra civilización actual. El perro es el elemento totémico con que simboliza el cineasta catalán. "La vida no es perra para los perros", diría Bigas Luna en una entrevista. Pero sí lo es para el hombre, naturalmente.El caso límite que nos es dado a conocer en Caniche es el de un par de hermanos -los lunáticos Ángel Jové y Consol Tura, mujer del realizador en la vida real- que en un marco claustrofóbico,...

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Caniche es el segundo largometraje de Bigas Luna, y, como el primero, Bilbao, de nuevo una crónica anómala, fantástica, para centrar un desquicio corriente: el de nuestra civilización actual. El perro es el elemento totémico con que simboliza el cineasta catalán. "La vida no es perra para los perros", diría Bigas Luna en una entrevista. Pero sí lo es para el hombre, naturalmente.El caso límite que nos es dado a conocer en Caniche es el de un par de hermanos -los lunáticos Ángel Jové y Consol Tura, mujer del realizador en la vida real- que en un marco claustrofóbico, de planos recortados y bressonianos, viven una extraña animalidad, incestuosa con el peludo can del título como privilegiado testigo. No es eso todo. Ya que de ese insólito triángulo el vértice preferido es el animal, el hermano querrá animalizarse, emperrarse, vamos. Y poco a poco iremos descubriendo en él virtudes caninas deslumbrantes. Anotemos también que la comida diaria de esta extraña pareja es igualmente canina.

Película eminentemente de interiores, metafórica, morbosa, visualmente desconcertante -dos viviendas distintas aparecen en la obra, a cual más extravagante- y definitivamente intranquilizadora, Caniche subrayaba las esperanzas creadas por Bilbao de un cine imaginativo, personal y bien enlatado, aunque de todas las suyas puede que esta pesadilla hiperrealista de Bigas Luna no sea la mejor.

El orgullo de los yanquis, Más fina que las gallinas y Mañana completan la programación de la jornada. La primera es el nuevo tránsito de una célebre biografila filmada de Lou Ghering, as del béisbol, que fue algo más que un as: un símbolo americano de la fuerza, los buenos sentimientos y las adversidades, concretamente contra una terrible enfermedad. Filme en exceso convencional, hecho celuloide irresistible por la presencia siempre vigorosa de Gary Cooper.

Más fina que las gallinas es una comedieta de las de la transición, donde lo picante ya se podía hacer demostrativo y hablar a cara descubierta de temas fuertes. Aquí ese tema es la prostitución y el corazoncito de oro de sus oficiantes, un vehículo idóneo para la pareja José Sacristán-María Luisa San José, que por aquellas fechas simbolizaban la humanidad del español medio. Y Mañana es una inédita adaptación de un texto de Faulkner, con Robert Duvall de estrella -y con Horton Foote de guionista, un aplicado retratista de las vísceras podridas del Sur en filmes como Matar un ruiseñor, La jauría humana o Tender mercies- y pocas referencias fiables. Puede ser una sorpresa.

El orgullo de los yanquis se emite a las 16.05. Caniche, a las 1.00. Más fina que las gallinas, a las 4.30. Mañana, a las 7.20. Todas ellas por TVE-1.

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