La valla de la fachada posterior del Prado será retirada tras 12 años

La valla colocada junto a la fachada posterior del Museo del Prado, señal más visible de las obras emprendidas hace 12 años para climatizar el edificio, obra de Juan de Villanueva, será definitivamente retirada el próximo verano. La principal pinacoteca española recuperará así su aspecto normal y dejará atrás un permanente estado de provisionalidad y abandono causado por los continuos retrasos en los plazos de ejecución del proyecto.Hay edificios en Madrid -como es el Oratorio del Caballero de Gracia, también obra de Juan de Villanueva- que parecen condenados a quedar ocultos entre los andamio...

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La valla colocada junto a la fachada posterior del Museo del Prado, señal más visible de las obras emprendidas hace 12 años para climatizar el edificio, obra de Juan de Villanueva, será definitivamente retirada el próximo verano. La principal pinacoteca española recuperará así su aspecto normal y dejará atrás un permanente estado de provisionalidad y abandono causado por los continuos retrasos en los plazos de ejecución del proyecto.Hay edificios en Madrid -como es el Oratorio del Caballero de Gracia, también obra de Juan de Villanueva- que parecen condenados a quedar ocultos entre los andamios y las vallas protectoras. El Museo del Prado, inaugurado en noviembre de 1819, pasó hace 12 años a engrosar esa lista de monumentos de interminables obras. Sin embargo, los principales responsables de los trabajos de reforma aseguran que en abril se terminará la climatización, iluminación y acabado de las 23 salas que albergarán, entre otras, la pintura primitiva española e italiana (unos 2.000 metros cuadrados). Las obras de climatización, que incluían la construcción de una sala de máquinas, se iniciaron en 1976 con un presupuesto de 2.500 millones de pesetas.

El próximo mes de agosto se pondrá fin a la limpieza y restauración de todas las fachadas (con un presupuesto de 146 millones) y a las obras de tratamiento del entorno de la parte posterior, lo que supone la desaparición de la valla y la construcción de jardines y paseos en esa zona (70 millones de presupuesto).

También en agosto habrá acabado la reforma del Casón del Buen Retiro (40 millones). A partir de ahí, y hasta 1990, se llevarán a cabo los trabajos en la parte del museo aún pendiente de climatizar: la correspondiente al acceso por la glorieta de Goya (alrededor de una quinta parte de los 20.000 metros cuadrados que constituyen la totalidad del edificio, con un presupuesto calculado de 500 millones).

El plan de obras sufrió un importante cambio con la recuperación en 1985 de la autonomía del Museo, como órgano adscrito al Ministerio de Cultura. Este paso supuso la creación de un Departamento de Obras y Mantenimiento y el cambio del arquitecto encargado de las obras. El actual, Francisco Partearroyo, cree que el resultado de la etapa anterior era "demasiado complejo". Frente al empleo de mármoles diversos en suelos, molduras y rodapiés, y tapizados distintos en cada sala, Partearroyo ha preferido la sobriedad.

"He intentado que el ornamento sea el mínimo posible, para que la pintura sea la auténtica protagonista", explica Francisco Partearroyo.

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