El Real Madrid perdió el partido y los papeles

Diez minutos nada más estuvo el Real Madrid en líder en el pamplonés estadio de El Sadar. A partir de ahí y de las dos claras ocasiones de gol perdidas por los hombres de Leo Beenhakker -una que salvó Bustingorri a disparo de Tendillo y otra que desvió Roberto a tiro de Maqueda- el Madrid se perdió en la vulgaridad del esfuerzo frente a un Osasuna renacido en sus energías, que le superó en fuerza, sentido posicional y entusiasmo. Goicoechea adelantó al conjunto de Zabalza en el marcador pasada la buena y corta racha inicial de los madridistas; Andújar perdonó un penalti de Solana a Pizo Gó...

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Diez minutos nada más estuvo el Real Madrid en líder en el pamplonés estadio de El Sadar. A partir de ahí y de las dos claras ocasiones de gol perdidas por los hombres de Leo Beenhakker -una que salvó Bustingorri a disparo de Tendillo y otra que desvió Roberto a tiro de Maqueda- el Madrid se perdió en la vulgaridad del esfuerzo frente a un Osasuna renacido en sus energías, que le superó en fuerza, sentido posicional y entusiasmo. Goicoechea adelantó al conjunto de Zabalza en el marcador pasada la buena y corta racha inicial de los madridistas; Andújar perdonó un penalti de Solana a Pizo Gómez, Hugo Sánchez empató de penalti, esta vez señalado, que cometió Bustingorri sobre Llorente, y un buen cabezazo de Rípodas acabó por cristalizar la superioridad física y de situación que durante los 90 minutos tuvo Osasuna sobre un Madrid que jugó anoche uno de sus peores partidos de los últimos años en el estadio de El Sadar.Osasuna parecía estar en un bache pero se creció de tal manera que incluso mereció con seguir una victoria más amplia, pues, aparte los diez primeros minutos, dominó y rompió a su rival, que tuvo a sus organiza dores y realizadores de juego completamente oscurecidos. La expulsión de Hugo Sánchez no pasó de ser una anécdota pues el máximo, goleador del fútbol español no hizo nada más que transformar -eso sí, muy ajustadamente- el penalti que favoreció a su equipo. Butragueño se eclipsó por completo a partir de la media hora de juego. Y el centro del campo del líder de la Liga se rompió absolutamente, primero por la lentitud e ineficacia de Jankovic, y luego con el desasosegado estar de Gallego, que tiene muy mal ambiente en Pamplona y lo acusa. Cada vez que el centrocampista madridista tocaba la pelota se elevaban clamores de protesta en los graderíos. Gallego tampoco consiguió funcionar.

Además de las dos claras ocasiones de gol que fabricó el Madrid en los primeros minutos y de un buen tiro de Mino que pudo ser gol (m. 52), lo cierto es que Osasuna controló el partido y el marcador sin problemas hasta el final y que el británico Robinson estuvo a punto de marcar un tercer gol al rematar en plancha un balón que recortó el marco de Buyo cuando iban 75 minutos. Osasuna se acompleja ante los rivales regionales, pero se crece ante los superiores técnicamente. Ayer volvió a demostrarlo una vez más.

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